Artur Mas, el astuto
Uno de los periodistas más en boga actualmente, Ángel Expósito, conductor del programa “La Mañana” en la cadena COPE, acostumbra a denominar al presidente de la Generalitat de Cataluña “Artur Mas, el astuto”.
Evidentemente, se trata de un nombre irónico, con el que se pretende resumir el conjunto de calamidades políticas que, en opinión del inventor del nombre, ha causado el líder de Convergencia al conjunto de este país, España, a la misma Cataluña, y hasta a su propio partido, al que ha conducido al despeñadero.
La última encuesta electoral, publicada en La Vanguardia, constituye un ejemplo privilegiado de algunas consecuencias de la gestión y dirección de Artur Mas, de las decisiones adoptadas y la estrategia mantenida, si es que ese errático desempeño pudiera merecer el nombre de estrategia.
Según el sondeo, CiU y Esquerra se muy quedan lejos de la actual mayoría soberanista, mientras Ciutadans, la gran revelación, roza el segundo puesto. PSC y PP se hunden, Podemos no despega y queda en última posición, y la extremosa CUP sube. Todo ello dibuja un Parlament multifraccionado, con hasta ocho grupos, y una Cataluña poco menos que ingobernable.
Pensando, concretamente, en el partido de Artur Mas, Convergencia perdería hasta 15 escaños sobre los 50 alcanzados en el 2012, cuando, a su vez, cedió otros 12 diputados. O sea, que bajo la égida de Artur Mas su partido pasaría de 62 a 35. Y en cuanto a la gestión de CiU al frente de la Generalitat, la valoración cae del 5,11 en diciembre al 4,61 ahora. ¡Enormes éxitos político, sin duda!
El sondeo muestra que las principales motivaciones para decidir el voto en unas elecciones al Parlament sitúan en primera posición la salida de la crisis económica y el empleo (65,7%), seguida del castigo a la corrupción (mencionado por el 48%) y, en tercer lugar (con un 33,9%), la independencia de Cataluña. Sólo entre los votantes de ERC son mayoría los que señalan la independencia como su principal motivación, mientras que entre los de CiU son más los que aluden a la situación económica.
A la pregunta de si las elecciones del 27-S serán plebiscitarias (para resolver el encaje de Cataluña en España y dejar resuelto el conflicto territorial, como declaró Artur Mas) o serán sólo unas autonómicas “como siempre”, la mayoría (más del 52%) se inclina por considerarlas unas elecciones convencionales, frente a un 38% que entiende que plebiscitarias. Incluso los electores de CiU están divididos: las definen como plebiscitarias el 47%, y dicen que no el 44%.
Para rematar el panorama, la encuesta ha estado precedida por la publicada hace pocos días que concluye que el "no" a la independencia en Catalunya supera hoy al "sí" por cuatro puntos.
Algo tendrá que ver con todo esto el liderazgo de Artur Mas. Que por ello quizá sí merecería ese calificativo de “el astuto”.
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