José Apezarena

Atención a la UCO

La UCO, Unidad Central Operativa, de la Guardia Civil, es el órgano central de la Benemérita dedicado a tareas de policía judicial.

Se dedica a la investigación y persecución de las más graves formas de delincuencia y a combatir el crimen organizado, y apoya también investigaciones que tienen ámbito interprovincial.

Trabaja sobre todo en delitos económicos (blanqueo de capitales, fraudes, falsificación de moneda, delitos graves de contrabando), tráfico organizado de drogas, homicidios y secuestros, delincuencia organizada, delitos contra el patrimonio histórico, delitos telemáticos, medioambientales (tráfico de especies protegidas), tráfico organizado de armas y explosivos y de sustancias peligrosas, tráfico de seres humanos...

Sin embargo, dada la plaga de la corrupción en España y el eco que hoy merecen esos escándalos, la especialidad que le está dando más notoriedad es la persecución de delitos económicos, donde está realizando una gran labor.

Por citar algunos ejemplos, se encuentra en investigaciones tan relevantes como la operación Lezo, en la Púnica, en las actuaciones sobre Rodrigo Rato...

Dentro de su ingente trabajo, la UCO lleva a cabo aparatosos registros, como el recientemente realizado en OHL y otras conocidas empresas, detenciones en domicilios como la aplicada a Ignacio González, etc.

Por las consecuencias de algunas de sus actuaciones, la UCO se ha convertido en un auténtico poder en España, en principio al servicio del juez y de la fiscalía, pero que, como consecuencia de las filtraciones, cada vez más numerosas, puede dar la sensación de que pueda estar descontrolado.

Una investigación de la UCO en marcha, que apunte posibles irregularidades y hasta delitos aunque todavía no se cuente con pruebas, la mera existencia de esa investigación, si se filtra a los medios, produce los efectos de una condena pública, a pesar de que aún no se haya pronunciado el juez.

Acaba de ocurrir con Cristina Cifuentes. La UCO apuntaba en un informe la sospecha de unos delitos de cohecho y malversación, y sobre la marcha han sido muchos los que la han considerado imputada: basta ver algunas portadas.

 

Sin embargo, el juez, que es quien tiene los conocimientos jurídicos y la autoridad legal, ha considerado en ese caso que no existe fundamento para tales acusaciones. A él correspondía la decisión final, pero la posición de la UCO ha sido recibida, una vez más, como la verdad.

Por eso, la UCO tiene que tener un gran cuidado con sus actuaciones, pero más aún con las conclusiones, porque todavía falta el veredicto del magistrado, que es el que vale. Y más todavía con las filtraciones de sus investigaciones, como digo, cada día más frecuentes. Y peligrosas.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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