José Apezarena

Aznar y la refundación del Partido Popular

Turbulentas bajan las aguas en el PP por la delicada coyuntura que padece el partido, pero más aún vistas las negativas previsiones electorales que arrojan, semana tras semana, las encuestas.

En el interior de la organización se ha instalado una desazón profunda, que encoge el ánimo a buena parte de sus cargos en los distintos niveles, pero que alcanza también a la militancia. Las cosas no van bien, es, resumiendo, la reflexión que se hace.

Que existe un ambiente de conmoción lo confirma la noticia, revelada por este confidencial, anunciando que Aznar estaría dispuesto a promover un congreso extraordinario si se produce un cataclismo electoral en las andaluzas, pero sobre todo en las municipales y autonómicas de mayo.

Varios barones regionales han contactado ya con el ex presidente para cambiar impresiones sobre la crítica situación del partido y, en consecuencia, para plantearse una renovación a fondo.

¿Una refundación del PP? Pues quizá es lo que late detrás de esas preocupadas conversaciones. No son pocos los que coinciden con el comentario de José María Aznar, realizado por supuesto en ámbitos reservados, diciendo que el partido está "desnortado" y que ha perdido su espacio ideológico.

He hablado con algunos importantes dirigentes, y lo que ahora les viene a la cabeza es lo ocurrido cuando Manuel Fraga Iribarne retomó la presidencia del partido tras al enorme fracaso de Antonio Hernández Mancha, un presidente nominado precisamente por el propio Fraga.

El fundador, que se había retirado, volvió a la palestra, asumió de nuevo la presidencia, no para quedarse, sino para pilotar la renovación con el nombramiento de José María Aznar como nuevo líder nacional. Por así decirlo, Fraga enmendó personalmente el fallo cometido con Hernández Mancha y buscó la solución.

En ese paralelismo habría que situar la hipotética irrupción de Aznar y la promoción del Congreso Extraordinario. Si el partido se hunde en las elecciones locales y autonómicas, lo que garantizaría un desastre en las generales de finales de 2015, el ahora presidente de honor del PP se sentiría obligado a asumir el deber de corregir su propio error por haber nombrado a Mariano Rajoy, identificado como el causante directo de la catástrofe y a quien por tanto habría que sustituir.

Así de serias están las cosas en el hoy primer partido del país, titular del Gobierno de la nación.

 


editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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