José Apezarena

Ciudadanos empieza a perder votos porque empieza a concretar

Albert Rivera ha comenzado a concretar su programa para las elecciones generales de diciembre. Y en esa misma medida empieza a perder votos.

En efecto, en política se vive muy bien cuando no hay que precisar demasiado los objetivos que un partido se propone. Durante esa temporada, todos los ciudadanos se convierten en posibles votantes, en la medida en que nada de lo que busca esa formación contradice sus intereses porque en realidad no propone nada.

El problema es concretar. Ya le pasó a Podemos. De un apoyo intuitivo y masivo procedente de amplios y mostrencos sectores de la población, se ha pasado a la decepción y a la exclusión a medida que ha ido precisando.

La propia designación de un ex alto militar como candidato y posible ministro de Defensa le va a provocar dolores de cabeza, por lo mismo que el ex JEMAD reúne trayectoria y opiniones que no coinciden exactamente con lo que propugnaba las bases del partido. Por ejemplo, en relación con la OTAN, cuya desaparición no defiende el general José Julio Rodríguez.

Como digo, en Ciudadanos empieza a ocurrir. Y el proceso irá a más, en función de las promesas y objetivos concretos que muestre. No hace mucho, ya tuvo que recular cuando anunció que paralizaría todos los proyectos del AVE.

Albert Rivera acaba de mostrar algunos objetivos. Y empieza a padecer decepciones y alejamientos: de aquellos que se sienten maltratados o perjudicados.

Ya sufre un problema serio en Navarra, y también en el País Vasco, con su petición de que desaparezcan los privilegios forales. Por lo que se refiere al Viejo Reino, casi mejor que ni presente candidatura, porque serán muy pocos los navarros que presten el voto a una formación que propone eliminar el concierto económico con el Estado.

Ahora acaba de anunciar algunas intenciones: eliminar el Senado, el Consejo del Poder Judicial, la diputaciones, los decretos leyes...

Dos de esas voluntades muestran, en Albert Rivera y su equipo, un desconcertante y hasta peligroso desconocimiento de la realidad de las cosas. Me refiero a la eliminación del CGPJ, pero sobre todo del recurso al decreto ley. Respecto a esto último, sólo alguien que no ha gobernado nunca, como es el caso de Ciudadanos, puede apostar por tamaño dislate, perfectamente inviable.

 

Y otro de sus objetivos es eliminar las diputaciones. Aquí, el peligro de perder votantes resulta mucho más inmediato. Porque todas las provincias españolas cuentan con diputaciones, de las que dependen y en las que trabajan miles y miles de personas, que ahora verán amenazados su puesto de trabajo y su futuro. No creo que estos se animen a votar a Ciudadanos.

Y así seguirán las cosas. Cuanto más individualice sus propuestas, a más gente va a dejar fuera. Es la política. Porque, obviamente, no existen partidos que gusten a todos y que no enfaden a nadie.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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