Contratar a prostitutas para cuidar a los ancianos

El título de este blog, reconozco que un tanto provocativo, lo tomo de la reseña de un libro que habla de las paradojas (“rareconomía” lo llama) de la debacle demográfica en el mundo. Aparece resumido en la web A&A (Análisis y Actualidad), de la que me he hecho eco en alguna otra ocasión.

El artículo en cuestión, titulado “Los peligros de un mundo que envejece”, que firma Stefano Gennarini, referencia tres nuevos libros sobre demografía, uno de ellos What to Expect When No One’s Expecting, de Jonathan Last.

Last recuerda la reciente frase del primer ministro japonés pidiendo a los ancianos que se “apresuraran” a morir, por la carga económica que representan. Y ofrece este dato: en Japón se venden más pañales para adultos que para bebés.

Otra consecuencia del despropósito demográfico es que en Alemania, tras 800 años de ausencia, se han visto lobos en áreas despobladas. Y, más llamativo aún: en el país existe una superabundancia de prostitutas, mientras que no tienen suficientes enfermeras, por lo que el Gobierno ha estado capacitando a las meretrices para atender al creciente número de ancianos.

Refiriéndose a Estados Unidos, Last concluye: sin inmigración “somos Alemania, somos Europa”. Pero, además, la inmigración no puede solucionar del todo el problema demográfico estadounidense, porque los inmigrantes acaban imitando los hábitos reproductivos del país de destino. La nueva norma en los países industrializados es que se percibe el doble de ingresos y no se tienen niños.

El segundo de los libros, Merchants of Despair , de Robert Zubrin, explica: El mundo y el futuro serán más pobres a causa del mito de la superpoblación. El mundo ha generado más recursos que personas durante los últimos cien años, y aun así persiste el mito de que está sobrepoblado.

Afirma que esas teorías son normalmente una especie de camuflaje seudocientífico para el racismo. Las políticas de población se utilizan para controlar a las minorías incluso en países democráticos, a menudo mediante coacción y mentiras, y generalmente con financiación estadounidense. Zubrin sostiene que detrás se oculta el “antihumanismo”, según el cual las personas son parásitos que ponen en peligro a la Tierra.

El tercer libro, Population Decline and the Remaking of Great Power Politics, de Susan Yoshihara, experta en relaciones internacionales, expone que durante décadas los investigadores dijeron que la disminución de la fecundidad daría como resultado más paz. Sin embargo, está ocurriendo lo contrario. La evolución demográfica en Europa y Asia podría tener efectos devastadores en el comercio y en la seguridad de Estados Unidos.

Yoshihara duda de que la tecnología pueda reemplazar a la población activa sólida y a los ejércitos suficientemente dotados. Las naciones están teniendo dificultades para mantener sus tropas debido a la disminución de la fecundidad y al envejecimiento, y podría ocurrir que alguna de ellas se planteara atacar ahora, cuando todavía tiene los medios.

 

Todas estas ideas se expusieron en una conferencia celebrada en Washington hace semana y pico, patrocinada por la organización pro vida Susan B. Anthony List. La conclusión final fue que décadas de políticas dirigidas a reducir el número de personas en nuestro planeta han surtido efectos, y en general no buenos.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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