José Apezarena

Dejar una sola universidad en Madrid

El mundo universitario español se muestra angustiado. Por varias razones, entre la que no es la menor la difícil coyuntura económica que afrontan, que amenaza con ahogarles. Pero sobre todo inquieta, y muy seriamente, la pérdida de alumnos, circunstancia que convierte en casi imposible la supervivencia de casi todas.

¿Qué está pasando? Pues que las nuevas promociones de estudiantes son cada vez más reducidas, como anunciada consecuencia de la caída de la natalidad, que amenaza con convertir a España en el segundo país más viejo del mundo, como ya he comentado en otra ocasión.

Lo dramática es que la situación actual, no solamente no tiene visos de corregirse, sino que, al contrario irá a peor. Por ejemplo, si funcionan medianamente bien las nuevas vías hacia la formación profesional, lo que desviará hacia esos territorios un buen porcentaje de los hoy aspirantes a universitarios.

A la vista de tal provenir, en los ámbitos educativos se pronostican cierres de universidades privadas, por inviables. Por ejemplo, en Madrid, donde existen más de una docena de instituciones superiores junto a una demanda que no da para sostenerlas a todas.

Más aún. Me comentan que ha empezado a plantearse seriamente la opción de proceder a una fusión de universidades públicas en Madrid, por el mismo motivo: porque son inviables. Y se maneja la posibilidad de dejar, desde el punto de vista organizativo, una única universidad, que podría denominarse Complutense, que integre a la Autónoma, la Politécnica, la Carlos III, la Juan Carlos I…

No se trata de una salida tan novedosa ni tan revolucionaria, porque en París ya se optó por aglutinar sus universidades en una sola, con el viejo nombre de La Sorbona, de forma que se llaman Sorbona 1, Sorbona 2, etc.

Una integración así permitiría, no solamente adelgazar los aparatos administrativos y eliminar edificios semivacíos, sino sobre todo una distribución mucho más racional de las carreras, del total de los alumnos y del profesorado, además de organizar las titulaciones para evitar duplicidades.

La aparición de esa única universidad pública en Madrid podría rebajar en gran medida los graves dolores de cabeza que padecen hoy dichas instituciones, y sobre todo van a padecer con mucha más gravedad en los próximos años.

Quien habla de las universidades públicas de Madrid habla también de las de Castilla La Mancha y de tantas otras autonomías, que han abierto campus en todas las ciudades del territorio, y creado facultades vacías de alumnos pero con el resto de las dotaciones (edificios, profesores, personal subalterno…) al completo.

 

La situación es así de grave y las salidas tendrán que ir en la línea de lo apuntado. El problema es que a los políticos de este país les falta coraje para afrontar decisiones semejantes. Eso me temo.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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