ETA nos ha vencido
Se repite por activa y por pasiva que ETA está derrotada definitivamente, que el terrorismo ha llegado a su final.
Y se argumenta que la banda asesina ha sido derrotada, no por obra de un Gobierno, ni de un partido, sino que lo hemos conseguido entre todos. Lo hemos logrado los demócratas, el Estado de derecho, la presión de la policía, el aislamiento internacional…
Voy a discrepar de esa conclusión. De la afirmación principal. Porque en realidad ETA ha ganado la guerra. La banda terrorista nos ha vencido.
Una prueba es que se encuentra a las puertas de gobernar en Euskadi, a expensas de las elecciones que se celebrarán el 21 de octubre. Evidentemente, no es ETA en cuanto tal la que llegue al poder, pero es su gente, su entorno, quienes la han apoyado y nutrido, y (al menos en el caso de algunos conocidos personajes) inspirado y asesorado.
Lo que ha conseguido la violencia terrorista de ETA es cambiar el País Vasco. Por el simple procedimiento de expulsar a 300.000 personas.
Para que nos hagamos una idea de su relevancia, una cifra así representa casi el total de votos que recibe Bildu, que en las últimas municipales cosechó 276.000 sufragios.
Así pues, el terrorismo etarra ha alterado sustancialmente el perfil sociológico, y por tanto político, de esa tierra. Y por eso digo que ha ganado.
Si los que tuvieron que emigrar para salvar la vida continuaran residiendo en su tierra, hoy las cosas serían allí muy distintas. Y, desde luego, la preponderancia del voto nacionalista no resultaría tan clara.
Por eso afirmo, aunque resulte muy amargo, que ETA ha vencido: porque, con esas 300.000 exclusiones, ha provocado un terremoto sociológico y político que le beneficia sustancialmente.
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