España musulmana
La polémica está ahí. Y quizá no conviene cerrar los ojos. La cuestión a debate es el futuro de una Europa que se despuebla a marchas forzadas por la ceguera de unas suicidas políticas antinatalistas. Y de rebote, sólo de rebote, aparece la posibilidad de su islamización.
El cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, mostró en el Sínodo de Obispos, que se celebra en Roma, un impactante vídeo sobre el crecimiento del Islam en Europa, y que llevaba a esta conclusión: en el año 2050, Europa será un continente islámico. Causó un gran impacto.
El protagonista ha explicado posteriormente que no se trata de una cruzada contra el Islam, sino que su objetivo era denunciar las políticas europeas que limitan los nacimientos. Incluso ha pedido disculpas por los ecos levantados.
La polémica no es el Islam, sino la paupérrima natalidad que sufren las naciones del Viejo Continente, que no solamente no garantizan el relevo generacional, sino que abocan a una progresiva pérdida de habitantes. Al contrario que ocurre con los inmigrantes y con la ya altísima población musulmana. Que, a este paso, será mayoritaria en pocas décadas.
Y, no hay que olvidarlo, en tan desolador panorama España figura además a la cola de la natalidad en Europa.
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