José Apezarena

Exceso de postureo en el Palacio de La Moncloa

Al final, resulta que va a pasar todo el mundo por el diván del Palacio de La Moncloa, en la ronda de consultas abierta por Mariano Rajoy para hablar del desafío catalán, ese golpe de estado a cámara lenta que pretenden perpetrar Artur Mas y compañeros.

El problema lo merece, sin duda. Dada la magnitud del despropósito y los graves riesgos que provoca, cuantos más estén en el ajo, en el ajo de ponerle freno, claro, mucho mejor.

El problema es que unos cuantos de los que han pasado por el complejo presidencial parece que no se han enterado de qué se trata. Y han vuelto a incurrir en sus manejos de corto alcance, cuando de lo que estamos hablando es de algo más que de hacerse unas fotos y salir favorecido en los telediarios.

Me parece, en fin, que está habiendo demasiado postureo en esas visitas a La Moncloa.

Decepcionantes han resultado, por ejemplo, las reacciones de personajes como Alberto Garzón y Pablo Iglesias, por lo visto pendientes de complacer a su parroquia, y quizá de seguir arañando algún voto, en lugar de meterse en el pellejo de la cuestión que tenemos en juego: el intento de separación de una parte muy relevante de este país nuestro llamado España.

El nuevo líder de IU excluyó un pacto de estado que pueda hacer frente a la secesión de Cataluña, calificándolo incluso de ser "teatro", y propuso celebrar la consulta. Y, a la salida, Pablo Iglesias acusó de estar "bunkerizados" a los tres grandes partidos que podrían firmar el frente anti-independencia.

En un asunto de tal calado, cuando está en juego la integridad de España, pienso que no deberían caber medias tintas, juegos dialécticos ni opciones oportunistas. Me parece que no son admisibles los postureos.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
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