José Apezarena

Garzón y la extinción de los ex comunistas

Izquierda Unida sigue en retirada, acorralada por los pésimos resultados obtenidos en los dos últimos procesos electorales, las europeas y las municipales.

Y hay que recordar que esos fracasos advinieron precisamente cuando más felices se las prometían, cuando esperaban convertirse definitivamente en una poderosa tercera fuerza política del país, incluso con aspiraciones a segunda dada la grave crisis de estos últimos, de los socialistas.

En medio de tales expectativas, irrumpió de pronto un fenómeno llamado Podemos que ha vaciado de votos las urnas de IU y les ha dejado al borde de la extinción. Los ex comunistas, camuflados bajo las siglas de Izquierda Unida, se encuentran en trance de desaparición.

La salida que les ha quedado es imitar a su principal competidor, a Podemos, mediante la creación de otra plataforma semejante, Ahora en Común, que busca aglutinar los votos de izquierda y populistas que se han visto marginados por el partido que preside Pablo Iglesias.

La decisión de Podemos se resume en no tolerar otras siglas ni nombres que el suyo propio en las próximas elecciones, y ejercer un control absoluto a la hora de fijar los nombres de los candidatos. Y lo ha hecho acogiéndose a un elemental principio de supervivencia, porque temen que, de no tener bien agarradas las riendas, al final podrían quedarse sin partido.

La historia política de este y de otros países ofrece numerosos ejemplos de cómo determinadas formaciones han resultado fagocitadas por elementos ajenos que han logrado introducirse en ellas. En bastantes casos, lo protagonizaron elementos procedentes de las filas del nunca del todo desaparecido comunismo. Y los líderes de Podemos lo conocen muy bien porque proceden de ese mundo ideológico.

Ahora en Común pretende ser una segunda versión de aquel Podemos inicial y triunfador, al que apoyaron todo tipo de plataformas ciudadanas, formaciones y movimientos, como digo, hoy excluidas por Pablo Iglesias y su equipo.

El reto de la nueva plataforma, con Alberto Garzón como supuesta estrella, es repetir el éxito de Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Zaragoza en Común, Por Cádiz Sí Se Puede y de las mareas gallegas.

El problema es que las generales no son unas municipales. Aquí se vota de otra manera. Incluso con más 'seriedad', si se puede hablar así, porque lo que está en juego no es un municipio sino el gobierno de todo el país. Y eso son palabras mayores.

 

El segundo obstáculo para Ahora en Común es que el espacio ya está ocupado, y por una marca fuertemente asentada como es Podemos, con un liderazgo muy claro. Quitarles el sitio no va a resultar nada fácil.

Un nuevo fracaso de los ex comunistas, escondidos bajo el nombre de Ahora en Común, sería la puntilla. O casi. Porque, a estas alturas de la historia de la humanidad, y con lo que hemos visto y vemos aún en otros países, y también en el nuestro, ya es milagro que sigan existiendo comunistas.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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