Gestión privada igual a... sospecha

La Comunidad de Madrid puede ya privatizar los seis hospitales que se construyeron en la época de Esperanza Aguirre y un 10% de los centros de salud de la región, tras ser aprobada ayer la ley de Acompañamiento de los Presupuestos del 2012 que permite externalizar la gestión de centros sanitarios.

Evidentemente, y a pesar de la repetición de eslóganes, la sanidad no se privatiza. Lo que se privatiza es la gestión.

Los enemigos de ese proceso argumentan que no está demostrado que la gestión privada sea más eficiente, pero sobre todo más rentable y económica, que la gestión pública. Puede ser. Pero, entonces, cabría volver del revés el razonamiento porque, que yo sepa, tampoco está demostrado que esta última sea mejor que la privada.

El gran fantasma que manejan muchos de lo que se han movilizado contra el proceso abierto en Madrid es precisamente ese: la terrible amenaza de la gestión privada. Ahí está el problema, el peligro. Porque esa perversa gestión privada -afirman- solamente busca el beneficio, a costa de cualquier cosa, con inevitable perjuicio para los usuarios, que verán disminuir la cobertura sanitaria y sufrirán peligro de desatención y por tanto de muerte. Salvo que -apostillan- se vayan a los seguros privados, algo que solamente pueden permitirse los ricos. En fin.

Hay que recordar, sin embargo, que eso de la ‘gestión privada’ existe desde hace mucho, en todo el mundo y en España, y en multitud de ámbitos y campos, en los que se comprueba que tal opción no produce necesaria e inmediatamente el desastre, ni significa la pérdida de eficacia o de bienestar de los afectados.

No haría falta recordar que hay ‘gestión privada’ en terrenos tan cruciales y críticos, tan básicos, como la energía (la electricidad, por concretar algo más), las telecomunicaciones, la alimentación… y por lo visto funcionan aceptablemente. No veo en riesgo la calefacción de los españoles, o la luz de sus casas, o el teléfono, o el sustento diario, a pesar de que teóricamente los gestores ‘privados’ tendrían que ser voraces explotadores que solamente buscan el beneficio a cualquier precio.

Por poner un ejemplo relativo a la sanidad. A lo mejor resulta que, como consecuencia de la privatización de la gestión, los hospitales afectados van a necesitar ganarse cada día a su clientela, y por tanto competir en dar los mejores servicios, ante el riesgo de que los pacientes elijan otro centro médico y ellos se queden sin trabajo. A lo mejor ocurre algo así.

Una reflexión más, que quizá puede escocer. Me cuesta mucho creer que todos los médicos, especialistas, enfermeros, auxiliares y administrativos de la sanidad pública se han echado a la calle durante tantos días sólo para defender… a los pacientes. Me cuesta mucho que sea solamente por altruismo desinteresado.

Y no me resisto a una última consideración, que a lo mejor hay que desarrollar otro día con más detalles. Se repite hasta la saciedad que la sanidad española es una de las mejores del mundo. Puede ser. Pero también es cierto que presenta lagunas inadmisibles, carencias insoportables y evidentes ineficiencias. Que tendrían que ser eliminadas. Pero eso tocará otro día.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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