Guerra de damas
Así que la aparentemente modosita Ana Botella también tiene espolones de gallo de pelea. Los desplegó el domingo, en el ostensible gesto de estampar su firma contra la desaparición del Hospital de La Princesa, un proyecto de la Comunidad de Madrid que además está mereciendo notable repulsa popular y mediática.
Ignacio González, el presidente regional, respondía ayer lanzando el misil de que la alcaldesa “no se había enterado” de lo que rubricaba, pero poco después desde el ayuntamiento se le contestaba: conocía perfectamente lo que estaba haciendo.
Así, Ana Botella ha devuelto a las gentes de la Comunidad de Madrid, pero mucho más a Esperanza Aguirre, los últimos intentos de segarle la hierba bajo los pies. Singularmente aquel intencionado mensaje de Aguirre del “caiga quien caiga” a propósito de la tragedia del Madrid Arena y las responsabilidades del ayuntamiento y de su primer edil.
Tenemos guerra de damas. Es decir, combate abierto entre la alcaldesa de Madrid y esposa de José María Aznar, Ana Botella, y la ex presidenta de la Comunidad y presidenta del PP regional, Esperanza Aguirre.
La batalla hay que ubicarla en la información que ayer suministraba El Confidencial Digital, sobre el ‘sueño’ de Esperanza Aguirre: ser alcaldesa de Madrid. Por lo visto, Ana Botella no va a rendir la plaza sin librar combate. Y, como digo, acaba de demostrar que guarda espolones de gallo de pelea.
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