José Apezarena

Idílica (?) Carolina Bescansa: "En Podemos nos queremos"

¿Idílica? ¿Ingenua? ¿Mal informada? ¿Teatrera? ¿Tal vez taimada? Me lo pregunto a propósito de Carolina Bescansa, secretaria de Análisis Político, que ha admitido que en la cúpula de Podemos existen "divergencias" sobre las tácticas a poner en marcha. En concreto respecto a qué posición adoptar sobre la investidura o no de Pedro Sánchez.

Preguntada ayer acerca del contundente cese de Sergio Pascual como responsable de Organización, y sobre si existe frialdad entre los dos principales dirigentes del partido, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, este último amigo y aliado del destituido, confirmó que, en efecto, no comparten la misma estrategia sobre la investidura.

Pero intentó matizar. Quien quiera ver divisiones ideológicas importantes o estrategias distintas en la actual crisis es que no conoce cómo funciona el partido, dijo. Aunque existen diferentes sensibilidades, todos comparten el convencimiento de que hay que trabajar para formar un “Gobierno de cambio”, afirmó.

Añadió que las "divergencias" no implican desacuerdos políticos o ideológicos. Y se me ocurre un comentario sobre la marcha: ¿la decisión de pactar o no con Pedro Sánchez no es eso precisamente, un asunto político e ideológico? ¿Qué hay más político y más ideológico que apoyar un Gobierno con los socialistas?

Y, con ese aparente candor que exhibe cuando comparece en público, tal como si nunca hubiera roto un plato ni lo vaya a romper jamás, Carolina Bescansa soltó un comentario antológico: “Nosotros tenemos una ventaja. Algunas de las personas que forman parte de Podemos nos conocemos desde hace muchos años, nos queremos. Conocemos nuestras trayectorias, hemos trabajado juntos y, con independencia de los desacuerdos o divergencias que pueda haber entre nosotros de tácticas concretas en coyunturas concretas, nosotros nos queremos”.

"Nos queremos". En mi opinión, un argumento que merece políticamente escasa relevancia, como han demostrado tozudamente la historia, antigua y reciente, que colecciona abundantes casos de disensiones, engaños y traiciones entre personajes presuntamente inseparables e inasequibles a la deslealtad y la ruptura.

Por citar un suceso relativamente cercano, baste recordar la dramática quiebra del tándem Felipe González-Alfonso Guerra, dos políticos que también "se querían".

Se trata de un episodio que, como se ha recordado en ECD, tienen presentes algunos cargos de Podemos a propósito de la alianza hoy aparentemente indestructible Iglesias-Errejón.

Pero hay más. Tal como se explica en estas páginas, cortando la cabeza a Sergio Pascual, el líder máximo (Iglesias) ha pretendido lanzar una advertencia, un ultimátum, a su compañero del alma (Errejón). Por si le ocurriera intentar algo por su cuenta. El mensaje resulta meridiano: No admito disidencias. Conmigo no se juega.

 

Con lo de "nos queremos y ya está", Carolina Bescansa da a entender que ella no se entera de nada. Repito lo escrito al inicio. ¿Idílica? ¿Ingenua? ¿Mal informada? ¿Teatrera? ¿Taimada quizá? Yo no lo sé.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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