José Apezarena

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, dos egos frente a frente

Esta vez no ha habido paseíllo de los dos juntos por la carrera de San Jerónimo. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se entrevistaron ayer mano a mano, pero sin repetir el aparatoso baño de actualidad de hace un año, aquel 30 de marzo en el que se presentaron ante fotógrafos y televisiones casi como si fueran dos estrellas de Hollywood.

No ha habido paseillo y se han reunido bastante discretamente en el despacho de Margarita Robles, la portavoz parlamentaria del PSOE.

El motivo de esos retoques en la escenografía es claro. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Y, por supuesto, las relaciones personales se han estropeado de manera rotunda.

Baste citar la negativa de Podemos a apoyar el pacto de investidura que intentó Pedro Sánchez con Ciudadanos, y que le habría hecho Presidente del Gobierno si Pablo Iglesias hubiera querido. Por eso, se entiende que, desde el socialismo, siempre que puedan echen en cara al líder de Podemos que Mariano Rajoy siga en La Moncloa.

Después han venido los torpedos que ha ido lanzando Pablo Iglesias contra un PSOE que estaba contra las cuerdas, al que intentó dinamitar en el mismísimo congreso federal, como parte de su objetivo de sustituir a los socialistas más pronto que tarde.

Ahora, Pedro Sánchez acaba de recuperar el despacho en Ferraz y tiene voluntad de demostrar que el socialismo es el principal partido de oposición. El nuevo eslogan, "Somos la izquierda", busca precisamente eso: cerrar el paso a Podemos.

Además, el secretario general necesita exhibir su nuevo liderazgo, para empezar a ser relevante, para tener protagonismo. De ahí el actual intento de aglutinar un frente parlamentario contra Mariano Rajoy, para el que necesita tanto a Pablo Iglesias como a Albert Rivera.

Sánchez precisa de los dos, porque la suma de PSOE más Podemos no puede hacer frente a los 176 votos que ha conseguido reunir Rajoy para aprobar los presupuestos.

De los dos a los que ha convocado, el más importante es precisamente Ciudadanos. Si no conquista a Albert Rivera, el intento tendrá poco recorrido. Y se da la circunstancia de que Ciudadanos no quiere saber nada de Podemos.

 

Así que la constitución de un tándem PSOE-Podemos-Ciudadanos contra el PP parece hoy casi imposible. Aunque en política esa palabra, imposible, no figura en el diccionario.

Además de todo esto, insisto, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias van a encontrar especiales dificultades para entenderse de verdad porque se trata de dos personalidades muy acentuadas, de dos gallitos políticos, ambos con una insaciable hambre de protagonismo. Ya se han engañado mútuamente en más de un ocasión y no se fían uno del otro. Complicado, sin duda.

 editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena


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