José Apezarena

Lo que Pedro Sánchez nunca debió decir

La situación anímica en la dirección socialista es de enorme acomplejamiento. Se les nota. Y no les faltan motivos, a la vista del veredicto que anuncian las encuestas de cara a las elecciones generales.

Cada día que pasa, los pronósticos aumentan respecto a la intención de voto de Podemos, que le sitúa ya sin excepción como segunda fuerza, superando con claridad al PSOE, tanto en número de votos como en escaños. En fin, que el anunciado, y temido, sorpasso se va a confirmar. Siempre según las encuestas.

Se puede entender la dureza que supone para dirigentes y militantes tener que hacer de tripas corazón y remar contra corriente. Tratar de poner al mal tiempo buena cara y seguir trabajando.

Por eso no se comprende el grave fallo que cometió su líder, el secretario general, Pedro Sánchez, reconociendo públicamente, en una televisión, que "hay cierto desánimo y frustración entre los votantes socialistas". Así lo afirmó.

Fue incluso un poco más allá, al añadir: "Es lógica cierta frustración. Yo también la he sufrido, pero el socialismo no es resignación, es lucha".

O sea, que asume que hay un partido desanimado y un líder desanimado también.

Decirlo es un fallo de aprendiz, un error de libro. Algo así nunca se puede admitir, precisamente porque lo que provoca es el efecto de desanimar. Cuando das por cierta una situación, consolidas de facto tal situación, si no en la realidad de los hechos, sí en la mente y disposiciones de los afectados. Y se produce un efecto contagio.

En fin, visto lo visto, parece que Pedro Sánchez está de verdad desanimado. Mal síntoma. Y mala noticia.

editor@elconfidencialdigital.com

 

En Twitter @JoseApezarena

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