José Apezarena

Pedro Sánchez, ha llegado la hora de ponerse a trabajar

No se me olvida que José Luis Rodríguez Zapatero, cuando era presidente del Gobierno, cada vez que le planteaban un desafío, una pregunta, una demanda, siempre solía responder: "Estamos trabajando...". Y con eso parecía calmar cualquier desazón o prisa.

Pedro Sánchez ha tenido ya sus días de gloria, con la formación del nuevo Ejecutivo, y sobre todo con los parabienes que, en general, ha recibido. Ahora llega el momento de la verdad. O sea, de trabajar.

En efecto, el nuevo Gobierno tiene que ponerse ya a la tarea. Por supuesto, para mantener en marcha el Estado, para que la Administración siga funcionando con normalidad, que es lo mínimo. Pero también para afrontar los problemas que, según los socialistas cuando se encontraban en la oposición, sufre el país. Sin olvidar que debe cumplir las promesas escuchadas en estos primeros días de euforia.

Gobernar exige tomar decisiones. Y, por tanto, optar por una solución o por la contraria, escoger esto y descartar aquello, complacer a unos y defraudar a otros. Es lo que le toca a ahora este Gobierno efectista y a la vez lleno de colorines.

Hablando de decisiones, en mi opinión ya ha cometido Pedro Sánchez el primer error de cierta entidad. Me refiero a la casi única decisión anunciada tras tomar posesión: el levantamiento del control de los gastos de la Generalitat.

El actual Gobierno deja mano libre, sin cortapisas ni vigilancias, a una institución que ha sido desleal. Que, como se ha demostrado reiteradamente, y por eso el asunto está en los tribunales, ha desviado fondos públicos para financiar el proceso separatista, incluido el referéndum de independencia del 1 de octubre.

Si se trataba de empezar a tender puentes, quizá no ha sido la decisión más acertada. Salvo que forme parte de los acuerdos ocultos que propiciaron el voto del independentismo a la nominación de Pedro Sánchez.

Otro de los objetivos de fondo se refiere a la reforma de la Constitución, anunciada por Meritxell Batet como una de las soluciones para resolver al problema de Cataluña, una intención que se anticipó en las páginas de ECD. Bueno, pues ahora dice la ministra que eso requiere consenso, y que, si no lo hay, resultará imposible. ¡Acabáramos! ¡Vaya novedad! ¡Ese es precisamente el problema! O sea que estamos ante un disparo con pólvora pero sin bala.

Faltan muchísimas concreciones, sobre tantas expectativas, y hasta esperanzas, que ha sembrado el nuevo Ejecutivo. Ahora llega lo hora de cumplirlas. Y le va a costar una enormidad, dada su debilidad parlamentaria y la heterogeneidad de los apoyos que le han llevado a La Moncloa.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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