Podemos, los nuevos "comecuras"
La Real Academia no recoge la palabra "comecuras", que sin embargo tiene larga tradición en nuestro país, aunque ahora se usa bastante menos.
En principio, el término, de construcción popular y hasta castiza, se aplica a los anticlericales agresivos, aunque, por su sonoridad y evocaciones semánticas, resulta especialmente expresivo.
No se sabe si por efecto de la batalla con Íñigo Errejón, por las conclusiones de Vistalegre2, para conseguir portadas y minutos en los telediarios, o por urgencia de recuperar sectores sociales que han ido perdiendo, la realidad es que, de pronto, Pablo Iglesias ha puesto a la Iglesia católica en el centro de sus ataques. Por cierto, con no poco éxito en cuanto a eco mediático.
El líder de Podemos, no solamente insiste en que Televisión Española suprima la misa de los domingos, sino que, junto con su portavoz parlamentaria, Irene Montero, ha atacado a los obispos con críticas bastante tremendistas
Iglesias afirmó, en un mitin obrero, que en las misas que retransmite TVE "hemos podido ver cómo la jerarquía católica de nuestro país incitaba al odio a las personas homosexuales, o hablaba del derecho al aborto como algo abominable". Eso mismo, casi con las mismas palabras, afirmó la emergente portavoz Irene Montero, en rueda de prensa en el Congreso.
Además, Podemos ha presentado en el Parlamento una propuesta para que la Iglesia "devuelva" al Estado bienes inmatriculados por la Iglesia, como por ejemplo (y no es pequeño ejemplo) la Mezquita de Córdoba.
Hay que recordar, por si lo desconocen, que la Mezquita, como otros muchos monumentos, pertenecían a la Iglesia mucho antes de que en España se pudiera hablar de un Estado. Ese al que quieren "devolver" lo que nunca fue suyo.
Por cierto que, ahora que está de moda invocar el delito de odio para prácticamente todo, los de Podemos podrían preguntarse si ellos, como nuevos "comecuras", no están incitando al odio. Odio a los obispos y a los curas.
Si no estarán, incluso, promoviendo el odio a todo lo católico. Con lo que habría que registrar, para los de Podemos, un nuevo apelativo: "Comecatólicos".
Aunque deberían tener un poco de cuidado, porque con ello corren riesgos de una indigestión terminal.
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