Prohibido políticos ‘paracaidistas’

Comenté un día que alguna vez me ha entrado envidia de Francia. Lo hice para destacar que, en la campaña electoral de las presidenciales, la palabra más utilizada, por todos los partidos, era “Francia”.

Ahora tengo otro argumento. Resulta que en el país vecino no basta con ser miembro destacado de un partido, ni tampoco un dirigente nacional, para conseguir un escaño en el Parlamento.

Aquí, en España, el sistema electoral y el funcionamiento de los partidos permite ‘garantizar” a cualquiera que será diputado (o senador) sin ninguna dificultad. El procedimiento es sencillo: basta con colocarlo en una lista en un puesto seguro. En cualquier lista. Sin condiciones.

Esa realidad provoca, por ejemplo, que todos los ministros logren ser diputados, por el procedimiento de ubicarlos en distintas provincias, aunque no tengan nada que ver con esas demarcaciones. Son los famosos candidatos “paracaidistas”.

Bueno, pues el procedimiento no sirve en Francia. Y a mí eso no me disgusta.

La prueba es que tres conocidas figuras nacionales galas se han quedado sin escaño.

Una es Segolene Royal, que fue candidata a la secretaría general del PSF, y que no ha conseguido salir elegida por La Rochelle.

La otra, más significativa aún, es precisamente la líder de uno de los tres grandes partidos: Marina Le Pen, presidenta del derechista Frente Nacional, que no ha sido elegida en Hénin Beaumont

Otro tanto le ha ocurrido al centrista François Bayrou, en Pyrénees Atlantiques.

 

Al otro lado de la frontera, para presentarse como candidato en una circunscripción hay que ser de allí. Y si no,  no.

Si eso se aplicara en España…


editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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