José Apezarena

Rajoy, Sánchez y Rivera no se hacen fotos juntos pero...

Dentro de la pesadilla en que se ha convertido el problema de Cataluña, y a pesar de la enorme tormenta política y social que ha desatado, dentro de lo malo se atisba algo que sí puede considerarse positivo: el cierre de filas de los constitucionalistas. Por así decirlo, Cataluña está uniendo a los demócratas.

La increíble apuesta de Quim Torra de formar un gobierno con dos consellers procesados y otros dos huidos de España, ha merecido como respuesta la orden del Gobierno de prohibir que se publiquen esos nombramientos en el boletín oficial de la Generalitat, que, en aplicación todavía del 155, sigue bajo sus competencias.

Se ha tratado de una decisión difícil, compleja desde el punto de vista jurídico, incluso discutible. Pero, por así decirlo, el Gobierno no ha tenido otra salida que retorcer la legislación para impedir que el disparate se consolidara.

Lo interesante de tan contundente movimiento es que Mariano Rajoy lo ha consensuado con los otros dos líderes constitucionalistas. Ha contado con el visto bueno previo y expreso de Pedro Sánchez y Albert Rivera. Algo que me parece bastante positivo. Se ha confirmado que el bloque constitucional existe y funciona.

Ese consenso a tres bandas no es tan sencillo de alcanzar, porque cada uno de los protagonistas, y sus partidos, tienen sus propios planteamientos y objetivos.

Albert Rivera está empeñado, y así lo proclama, en que siga vigente el famoso artículo 155. Lo propone, no solo por convicciones, porque crea que el desafío independentista exige su mantenimiento, sino también porque, con ello, podría provocar que el PNV retirara su apoyo a los Presupuestos del Estado.

Si tal cosa ocurriera, es decir, la imposibilidad de aprobar las cuentas del Estado para 2018, Mariano Rajoy apenas tendría otra salida que disolver las Cortes y convocar elecciones generales anticipadas. Un escenario muy deseado por el líder de Ciudadanos, porque le beneficia sobremanera, a la vista de las actuales encuestas.

Por ese mismo motivo, porque no les interesa un adelanto ahora, tanto el presidente del Gobierno como el líder del PSOE son partidarios de aparcar la aplicación del 155, al menos durante un par de meses, lo que haría fácil al PNV mantener el apoyo y que los Presupuestos salgan adelante, evitando unas elecciones que en este momento vendrían francamente mal a PP y PSOE.

A pesar de estos intereses encontrados, la locura de Quim Torra, escogiendo para su gobierno a presos y fugados, ha obligado a mantener el 155. Al menos por ahora.

 

Pero vuelvo al principio. La deriva separatista de Cataluña (mejor dicho, de una parte de Cataluña, pero que es la que toma decisiones y gobierna) está fortaleciendo la capacidad de resistencia del Estado, a través de los consensos a que llegan los líderes de los tres partidos constitucionalistas. Aunque sea sin verse físicamente, aunque sea por teléfono.

Y es que Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Albert Rivera nunca comparecen juntos. No se hacen la foto... pero hablan. Y se ponen de acuerdo. Afortunadamente.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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