José Apezarena

La Real Academia se tira de la ‘amoto’

En alguna otra ocasión he mostrado mi descontento con decisiones de la Real Academia que asumen la incorporación al castellano de nuevos vocablos e implantan cambios normativos. En fin, que no siento especial simpatía por la labor que últimamente realizan.

Admito, por supuesto, que puedo no tener razón en mis prevenciones, Pero, por ejemplo, no estoy de acuerdo con normas nuevas como eliminar la obligación de la tilde en el pronombre 'este' y en el adverbio 'solo'.

Ahora se ha producido una nueva remesa de autorizaciones y, visto lo visto, sigo pensando lo mismo: que la institución que debería velar por el mantenimiento del castellano parece empeñada, en tantos casos, en demolerlo.

Ya en el pasado asumió expresiones tan discutibles como 'bluyín', un anglicismo insoportable, sustituible pacíficamente por 'vaqueros', y que recuerda aquel otro atropello, mucho más atrás del 'jeriñac' para definir el coñac español, el brandy de Jerez.

En esa línea hay que incluir palabras admitidas hace unos pocos años como 'cruasán', 'okupar' y hasta 'descambiar'. Peor me parece asumir como correctas expresiones vulgares como 'haiga'. ¿Por qué aceptar 'suvenir' si existe 'recuerdo'? ¿Y qué decir de 'cruasán', de 'güisqui', 'jipi', 'espray' y 'kétchup'?

Llama mucho la atención que se hayan admitido claras incorrecciones, como 'asín', 'almóndiga' o 'toballa', y hasta 'murciégalo'.

En cambio, no me pareció mal la autorización de 'wasap' y 'wasapear', y hasta la castellanización 'guasap' y 'guasapear', porque se trata de términos inexistentes en español. Algo parecido ocurre con la reciente incorporación de 'hacker', 'tuitear', 'bloguero, 'chat'. Y con 'burka' y 'hiyab'.

Pero la RAE ha bendecido también una lista de 'palabros' como 'friki', 'espanglis', 'bótox', 'dron', 'pilates', 'serendipia', 'precuela'...

Guardo enormes dudas de que expresiones de moda, por supuesto muy extendidas, pero claramente coyunturales, y que destrozan el alma del castellano, vayan a prevalecer. Y me parece que los señores académicos se preocupan demasiado de complacer a la opinión pública y de parecer modernos.

 

Por eso, no me resisto a reproducir la viñeta que publicaba Forges ayer en El País, y no puedo por menos de sacar una conclusión: la Real Academia se tira demasiado de la 'amoto'.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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