José Apezarena

La República Bananera de Cataluña

Uno de los adjetivos más descalificativos que existen en el castellano actual es la palabra "bananero", con el cual algo o alguien son equiparados a esos países y regímenes insolventes, donde nadie es de fiar, no existe el rigor político o profesional, y donde campan a sus anchas aprovechados y hasta matones.

Los acontecimientos que se están viviendo ahora en Cataluña, junto con el modelo de sociedad y de país que propugnan algunos de los principales protagonistas (avalados, hay que decirlo, por un porcentaje relevante del voto de los catalanes), y las actuaciones concretas de tales figuras políticas y sociales, aventuran la triste posibilidad de que esa tierra acabe convertida en la República Bananera de Cataluña.

República, porque es la propuesta de las fuerzas mayoritarias, incluido Convergencia, para una supuesta Cataluña independiente. Y bananera, por los comportamientos y usos que se van imponiendo.

Comenzando por organizar una ilegal consulta soberanista el 9-N, siguiendo por convertir en supuestamente plebiscitarias unas elecciones autonómicas, pasando por la retirada (retransmitida en directo) de la imagen del rey, y siguiendo con la moratoria en los permisos turísticos, el desprecio a las fiestas patronales de La Merced, las ausencias en el Día de la Hispanidad... Pero, singularmente, escenificado en las concentraciones y manifestaciones de estos días ante el Tribunal Superior de Justicia, con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como activista destacada.

La actitud de querer condicionar a la justicia, presionando a los jueces con algaradas, entra de pleno en los usos de las citadas repúblicas bananeras. Constituye un comportamiento ilegal, antidemocrático y peligroso, que, llevado a sus últimas consecuencias, conduce a la ingobernabilidad y al caos. ¿Es esa la sociedad que quieren para Cataluña sus habitantes?

Al grito de "es un ataque a Cataluña", determinados grupos han salido a la calle para intentar impedir que la Justicia aplique la legalidad a quienes fueron autores y promotores de aquella irregular consulta independentista del 9-N. Ya había anunciado Ada Colau que, en materia de cumplimiento de las leyes, solamente respetará las que ella considere que deben ser respetadas. El resto...

Y hoy la escenografía se magnificará aún más con motivo de la declaración que tiene que prestar Artur Mas.

Por cierto que, a propósito de la táctica de calificar como ataques a Cataluña determinadas acciones que afectan a políticos regionales, me pregunto: ¿Qué piensan, cómo analizan hoy su propio comportamiento, aquellas decenas de miles de barceloneses y catalanes que se echaron a la calle en defensa de Jordi Pujol cuando estalló la estafa de Banca Catalana? Visto lo visto, conocidos los delitos de corrupción económica de los que le acusan (a él y a toda su familia), ¿siguen pensando que procesar a Pujol es atacar a Cataluña?

¿Se pondrán colorados de vergüenza ahora todos los que se manifestaron masivamente por las calles de Barcelona en defensa de la probidad del ex Honorable, acusando de maniobras políticas el intento (fallido, por cierto) de procesarle por la quiebra de Banca Catalana?

 

Me asalta una pregunta final. ¿De verdad los catalanes, la mayoría de catalanes, quieren y apoyan lo que está ocurriendo en su tierra? ¿De verdad los catalanes, que han sido y son europeístas, modernos, trabajadores, emprendedores, fiables... se ven convertidos en una república bananera?

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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