Rescate también para la Universidad Complutense

Están de moda, lamentablemente, los rescates. De naciones, como los casos de Grecia, Irlanda y Portugal; pero también de comunidades autónomas, como ocurre con Cataluña, Andalucía, etc. Y ahora parece que son irremediables los rescates de universidades. Al menos ése parece el futuro de la Universidad Complutense.

Por lo que se lee y se cuenta, la Complutense está al borde de la suspensión de pagos. La deuda acumulada resulta tan enorme que, no solamente no puede pagarla, sino que tampoco va a tener dinero para afrontar compromisos tan elementales como abonar los sueldos del personal. Se apunta que en enero ya no podrá pagar la nómina.

En fin, que, como resultado, podría producirse una intervención de la Administración para asumir la gestión de la Universidad. O sea, un rescate.

Las cosas están tan mal que no se puede pagar el gas de los colegios mayores dependientes de la Complutense y, por lo visto, al haberles cortado el suministro, los colegiales no tienen agua caliente. Es lo que denuncian los estudiantes.

En la Facultad de Ciencias de la Información la falta de dinero es tal que, cuando se celebra una conferencia o mesa redonda, no pueden poner agua embotellada a los intervinientes. Se ha optado por comprar una jarra de cristal y llenarla con agua del grito.

En ámbitos educativos relatan que la Complutense lleva varios años viviendo muy por encima de sus posibilidades, a pesar de las continuas advertencias que han recibido desde la Administración, sobre todo estos últimos años.

Una de las demandas que se le planteó, también al actual rector, José Carrillo, es que aplique un decidido recorte de personal. Pero ha sido en vano, porque las autoridades académicas no han querido. Y así, resulta que, mientras miles de empresas en este país han debido reducir plantilla, y algo semejante ocurre en la Administración Pública, en la Complutense, no.

La situación deviene de día en día cada vez más insostenible, y parece que el rescate será inevitable allá para finales de año.

Se escuchan, con razón, voces que reclaman la exigencia de responsabilidades, incluso penales, a los gestores que han llevado a la quiebra instituciones financieras. Pues tal vez habría que hacer lo mismo con quienes han estado administrando de forma inadecuada la Universidad Complutense. Porque, si no, les habrá sido demasiado barato abstenerse de tomar medidas contundentes, entre ellas recortes de personal, amparados en ideologías políticas que han conducido a la ruina.

 

Antes, ‘papá Estado’ se hacía cargo de todo, incluyendo los déficits estruendosos. Ahora ya no.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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