José Apezarena

Setenta y dos escalones

Setenta y dos. Es el número de peldaños que tiene la escalera principal del Palacio Real. Son los setenta y dos escalones que bajó Felipe VI la semana pasada para recibir a pie de calle al presidente de Italia.

Hasta ahora, el protocolo de Zarzuela, que es el que se seguía con don Juan Carlos, mandaba que el monarca aguardara a los visitantes, incluidos jefes de Estado, en la planta de honor del palacio. Eso acaba de cambiar.

Felipe VI estrenó el 13 de mayo, martes, el nuevo procedimiento, básicamente resumido en que, en lugar de esperar a que las personalidades subieran por la gran escalera del edificio, él desciende los setenta y dos escalones y recibe en la puerta de entrada.

Igualmente, para estas ocasiones se ha optado por que el almuerzo protocolario se sirva también en el Palacio Real, para así evitar traslados innecesarios hasta La Zarzuela, donde se desarrollaban hasta ahora.

Lo de los setenta y dos escalones es otro gesto más del nuevo rey quien, a punto de cumplir el primer año en el trono (se conmemorará el 19 de junio, aniversario de la proclamación), se esmera en un paulatino y tranquilo cambio de estilo respecto a la etapa anterior, proceso que, lógicamente, ha ido afectando al protocolo.

Es también conocido que ahora, a las recepciones oficiales, como la celebrada en Palma este verano, y con ocasiones semejantes en otras ciudades y en Madrid, se ha ampliado el abanico de invitados, para incluir representantes de la vida social y cultural, y también a entidades e instituciones que hasta aquí no tenían cabida.

Un cambio de estilo que pretende responder al ánimo y talante, e incluso edad, de la nueva pareja real. Como proclamaría algún político veterano: reforma, sí, ruptura, no.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
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