José Apezarena

Cuánto aguantará Ciudadanos

Es la gran novedad, la formación de moda, el partido del futuro, la última sorpresa política. Me refiero a Ciudadanos, el partido creado y liderado por Albert Rivera.

Hablo de sorpresa, porque los propios promotores de esa formación se declaran asombrados por lo que les ha ocurrido, por el subidón experimentado estos tres o cuatro últimos meses, que no se esperaban y no acaban de comprender exactamente por qué se ha producido.

No pocos analistas, pero también destacados políticos, afirman que Ciudadanos, lo mismo que Podemos, "han venido para quedarse". Dan por hecho que ambas formaciones tienen garantizado el futuro. Y yo no lo veo tan claro. Sobre todo respecto a los seguidores de Albert Rivera.

De forma somera, el gancho de Ciudadanos tiene que ver la realidad de una parte del electorado que reniega de los partidos tradicionales. Sobre todo, digámoslo claro, sectores que en 2011 votaron al Partido Popular hasta darle la actual mayoría absoluta, y que se han alejado por serios motivos: incumplimientos del programa electoral, brutales medidas económicas aprobadas, hastío que les provoca la corrupción...

Es decir que el voto a C's emerge sobre todo desde una posición negativa. Es un voto desencantado, un voto 'contra' alguien (el PP), y, la verdad, sobre tales premisas resulta muy difícil construir una alternativa con futuro.

La juvenil y sólida figura de Albert Rivera, con su notable capacidad de argumentar, su lenguaje cercano y comprensible, lejos de las vaciedades y tópicos de otros políticos, se ha constituido en el otro punto de enganche para votar a Ciudadanos. No hay mucho más en cuanto a liderazgos individuales.

Pero tampoco la adhesión a una persona constituye una garantía sólida de continuidad de cara al futuro. Aunque solo sea porque los líderes cansan y se gastan. Y también porque en no pocas ocasiones meten la pata. Lo acaba de hacer Albert Rivera, con la chocante afirmación de que en este país sólo tienen hueco los que han nacido después de la Constitución del 78. Patinazo tremendo por tantos conceptos.

Para mis dudas sobre el largo plazo me acojo, como precedente cercano, a lo que ha ocurrido con UPyD, cuyos perfiles y liderazgo presentan algunas semejanzas con Ciudadanos, y que, tras un nacimiento fulgurante y una sólida acción política, hoy se encuentra al borde de la fosa.

Dado su origen y oculta ubicación ideológica, el caso de Podemos puede resultar distinto. Lo será, si el final se resume en que se convierta, por sustitución, en la 'nueva' Izquierda Unida. Es decir, agrupando los últimos restos del comunismo, camuflados de nuevo con un nombre distinto. Si ocurre así, y puesto que esa parcela ideológica todavía mantiene un hueco entre los ciudadanos, Podemos sí podría pervivir. Aunque eso no cambiaría mucho el dibujo político del país.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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