José Apezarena

Esos alcaldes populistas...

Es un dato. No acaban de funcionar las ciudades españolas regidas por alcaldes populistas. Barcelona anda a trancas y barrancas, a pesar de la evidente fuerza política de su regidora, Ada Colau; el Madrid de Carmena sigue empantanado, y el Cádiz  de Kichi es un desastre manifiesto, por citar algunas de las urbes más conocidas.

Pero, por lo visto, no se trata de un fenómeno español. Está ocurriendo también en Italia. Más concretamente en población tan importante y conocida como Roma, desde junio en manos de los "grillini" (el partido de Beppo Grillo), y donde están cosechando, dicen las crónicas, "un estrepitoso fracaso".

El cómico genovés predica que su formación, el Movimiento 5 Estrellas (M5E), tiene la victoria segura porque los demás partidos se han hundido en la corrupción y han llevado Italia al desastre. “Tutti a casa!”, gritaba desde el principio.

La gestión al frente del Ayuntamiento de Roma era la prueba de fuego, y lo que ha ocurrido es que el caos se ha adueñado de la corporación, que encabeza como alcaldesa Virginia Raggi, una abogada de 38 años con nulo bagaje político, como en tantos casos ocurre en España

La situación ha llegado a tal extremo que la dirección del M5E le ha impuesto que destituya a dos altos cargos. Uno de ellos, Raffaele Marra, jefe de personal del Ayuntamiento, considerado la mano derecha de la regidora, que acaba de ser detenido por un presunto delito de corrupción. El otro, el vicealcalde, Daniele Frongia.

Están las cosas de tal manera que el partido ha obligado a Raggi a aceptar la tutela de Grillo, ejercida a través de su más estrecho colaborador, Davide Casaleggio, como condición para mantenerla en el cargo.

Escribe Eusebio Val, corresponsal de La Vanguardia en Roma, que lo ocurrido en Roma no es sólo achacable a la bisoñez e incompetencia de Raggi, sino también al propio Grillo, “el garante del movimiento” (así describe su función), quien en realidad ostenta un hiperliderazgo muy heterodoxo, mitad político, mitad empresarial, casi como una secta religiosa. Imparte órdenes, doctrina y sentencias disciplinarias internas desde su blog (que administra Casaleggio).

Desde que Raggi ganó las elecciones, con más del 67% de votos en la segunda vuelta, Roma ha sido un continuo caos de nombramientos anulados al día siguiente, dimisiones y cambios en puestos clave. Ha dado la sensación de que ni Raggi ni el M5E estaban preparados para gobernar una ciudad tan compleja, difícil y corrupta.

A que todo esto nos suena por aquí...

 

La prensa italiana está siendo muy crítica con lo que sucede en Roma. La Stampa ironizaba sobre los límites de la clickocracia (democracia a través de la red). Raggi, por ejemplo, ganó unas primarias internas en las que obtuvo 1.764 votos de los afiliados, frente a un total de 3.862 votos emitidos. Eso fue suficiente para catapultarla a uno de los cargos con mayor responsabilidad de Italia.

No es el único tropiezo municipal que ha sufrido Grillo. La primera ciudad importante ganada por el M5E fue Parma, hace cuatro años, pero su alcalde, Federico Pizzarotti, hace ya tiempo que desertó del movimiento.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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