Los “brotes bordes” de Mariano Rajoy
No se trata de una errata. Hablo de “brotes bordes”, no de brotes verdes.
Mariano Rajoy clausuró el jueves una cumbre empresarial, en la que pronunció su controvertida frase anunciando que “la crisis es ya historia”.
¿Por qué Rajoy proclamó el final definitivo de la crisis? Porque se encontraba ante un auditorio de empresarios y de inversores, a los que un mensaje así podría animar a emprender y a promover.
Sin embargo sostener hoy que la crisis ya no existe, que es asunto del pasado, constituye una forma muy poco aconsejable de pisar callos a casi todo el país, que sigue padeciendo las consecuencias de los recortes, la bajada de salarios y, sobre todo, el paro.
Se entiende, por eso, que el presidente del Gobierno se haya dado cuenta de que no estuvo precisamente acertado y recurriera a dos rectificaciones o matizaciones este lunes, puntualizando que las “secuelas” de la crisis no son historia del pasado.
En aquel discurso del jueves, el presidente sufrió otro lapsus expresivo cuando, al referirse a los famosos “brotes verdes” que acuñó Rodríguez Zapatero, en realidad los llamó “brotes bordes”.
Simple equivocación o lapsus linguae aparte, quizá detrás de ese error se esconde el enorme cuidado que ha tenido este Gobierno para no utilizar una expresión demonizada como es la referencia a los “brotes verdes”.
Para obviarlo, el propio presidente y sus ministros llevan meses inventándose fórmulas alternativas, como lo de la “luz al final de túnel”, y, sobre todo las “raíces vigorosas”, fruto de las “nuevas cepas” plantadas por el Gobierno.
Efectivamente, Rajoy y su equipo han de manejar con muchísimo cuidado el anuncio de que la economía se está recuperando, porque podría provocar el efecto contrario. No solo la incredulidad entre quienes aún no lo perciben, que son la mayoría, sino más aún enfado, indignación y repulsa.
Deben tener mucho cuidado con los “brotes bordes”. ¡Perdón, verdes!
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