José Apezarena

El hispánico "síndrome del 11M" sigue activo

Hoy, jueves, se celebran elecciones legislativas en el Reino Unido. Una convocatoria anticipada por Teresa May, con la que pretendía consolidar su mayoría y seguir gobernando, y que sin embargo puede provocar el efecto contrario, dejándole fuera del 10 de Downing Street.

Cuando, en el mes de abril, decidió adelantar los comicios, el partido en el poder, los conservadores, aparecían en las encuestas a más de 20 puntos de distancia de sus principales rivales, los laboristas. Este miércoles, víspera de la votación, ese margen había quedado reducido a escasos 2 puntos, Se hablaba de empate técnico, y se daba como seguro que May no conseguirá la mayoría en el Parlamento.

¿Qué ha pasado desde aquel anuncio de anticipo electoral hasta aquí? Aparte de algunos errores cometidos por la primera ministra, sobre todo el Reino Unido ha sido escenario de dos terribles atentados islamistas, el primero en Mánchester (22 muertos y decenas de heridos) y el más reciente este fin de semana, en Londres (8 muertos, entre ellos el español Ignacio Echeverría).

¿Se ha asustado el pueblo británico, y eso lo volcará en las urnas castigando a quienes tienen el Gobierno del país? Es una pregunta que solamente recibirá respuesta después de conocerse los resultados, pero que recuerda el "síndrome del 11M", que en España marcó aquellas elecciones, de marzo de 2004, en las que Rodríguez Zapatero se hizo por sorpresa con la presidencia del Gobierno, a los tres días de estallar las bombas en cuatro trenes de cercanías sembrando de muerte las calles de Madrid.

En aquellas difíciles horas, hubo fuerzas políticas, entre ellas por supuesto el PSOE, que no se resistieron a la tentación de culpar al Gobierno por lo ocurrido, buscando con eso paliar la ventaja electoral que aparentemente tenía el Partido Popular. Ayudados en esa intención, sin duda, por la torpeza del propio Gobierno, dedicado a esconder la realidad de lo ocurrido, precisamente para tratar de conservar la delantera que creían tener sobre sus rivales.

Unas actuaciones inadmisibles, que son parte del "síndrome del 11M", y que parecen haberse contagiado en el Reino Unido para el caso de los laboristas, el primer partido de la oposición. Su líder, Corbyn, ha estado utilizando estas últimas horas la realidad de la amenaza terrorista para desgastar al Gobierno y a su principal figura, Teresa May, relacionando los atentados con su gestión al frente del ministerio del Interior y con los recortes que entonces aplicó.

Es el maléfico e hispánico "síndrome del 11M", que nunca tendría que repetirse, en ninguna parte.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

 
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