José Apezarena

El discutible adiós de Cospedal

Comentan en el PP que su sensación es que María Dolores de Cospedal está preparando el adiós como secretaria general del partido.

Todo comenzó durante un desayuno informativo en el que, preguntada sobre su doble condición de presidenta castellano-manchega y dirigente nacional del partido, y ante la hipótesis de que una nueva victoria en las elecciones autonómicas de mayo conlleve su renuncia a seguir siendo la número dos, respondió: “Es una de las opciones”.

Los políticos son conscientes de que sus palabras, aparte de lo que literalmente expresen, siempre tienen una interpretación distinta, de fondo. Y haber respondido que es "una opción" significaba abrir la puerta a que se especule sobre una retirada. Es lo que ha ocurrido. Podía haber contestado con una evasiva pero no lo hizo.

Cierto es que argumentó, como posible explicación, que compatibilizar los dos cargos ha sido “una tarea muy dura”. Y añadió el lugar común habitual, en la línea prevista de “mi puesto como secretaria general siempre ha estado a disposición del PP”. Lo cual es una obviedad.

En su entorno más cercano se escuchan ahora tres 'razones' para ese amago de abandono de la secretaría general.

La primera, el modo como se ha cerrado la candidatura de Esperanza Aguirre al Ayuntamiento de Madrid. A pesar de ser la número dos del partido, ella se ha sentido ninguneada. Ninguneada por Rajoy, añado yo, puesto que es el presidente quien tomó la decisión en solitario. Y entiendo que a Cospedal eso le escueza.

La segunda, el desgaste que le provoca en Castilla-La Mancha su condición de líder del PP, que le ha obligado a dar la cara en asuntos tan desagradables y negativos como Bárcenas y la Gürtel. Su imagen personal ha quedado vinculada a cuestiones de ese tipo.

La tercera, la dureza de continuar cuatro años más con esa doble responsabilidad.

Cospedal introdujo algún matiz a las especulaciones sobre un abandono de la secretaría general diciendo que no dejaría el cargo ahora mismo, siendo este “un año tan importante”. Y tanto: con cuatro procesos electorales a la vista, en los que su partido se juega el ser o no ser.

 

Lo que se escucha en Génova es que la secretaria general se mantendrá en el cargo hasta el próximo congreso del partido, previsto para 2016. Y que después se volverá a sus cuarteles castellano-manchegos.

Dicho todo lo cual, confieso que no acabo de ver a María Dolores de Cospedal dando la espalda al primer plano de la política nacional. Por su trayectoria, carácter y aspiraciones, no le pega un abandono. Y porque en 2016 estará abierta una enorme incógnita: la sucesión de Mariano Rajoy. Eso, si la batalla no comienza mucho antes.


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