José Apezarena

La falsa gaviota del PP

Resulta que la gaviota del PP no es una gaviota. Lo afirma persona autorizada: el creador del logo que luce el partido desde 1989, Fernando Martínez Vidal, quien, de cara al congreso de febrero, ha propuesto que se cambien los estatutos porque hablan de "una gaviota" cuando en realidad se trata de un charrán, que es un pájaro distinto.

Según Martínez Vidal, compromisario, concejal del ayuntamiento de Madrid, que presidió las agrupaciones del PP en los distritos de Salamanca y Moratalaz, no se trata de una cuestión baladí. Explica que “la gaviota es carroñera, vuela bajo y se mueve entre la basura”, mientras que el charrán “vuela alto y libre”. Recordando los casos de corrupción, considera que el actual no es el símbolo más adecuado.

Pero, con ser significativa, la cuestión de la gaviota no parece lo más importante que se va a dirimir en ese congreso nacional del PP.

Tampoco lo es que Rajoy proponga ampliar la ejecutiva incluyendo más mujeres, ni que vaya a dejar vacante la presidencia de honor que ha abandonado José María Aznar, o que, siendo muy relevante, se resuelva la incógnita de si María Dolores de Cospedal seguirá como secretaria general, para lo cual se crearía el cargo de coordinador general en la persona de Martínez Maíllo.

Aunque se hable poco de ello, lo de verdad trascendente es conocer cómo se definirá el partido desde el punto de vista ideológico, cuáles van a ser sus planteamientos de fondo.

Hay, por ejemplo, una enmienda que plantea dejar claro en los estatutos la "lealtad a la Corona", que había desaparecido en la ponencia coordinada por Martínez Maíllo.

Interesa conocer si, en el congreso nacional, se concede valor normativo a los principios del humanismo cristiano, que ya Cristina Cifuentes intentó eliminar de la ponencia social aprobada en 2012.

Entonces, el PP apostó por definirse como un cuerpo social que “está inspirado en los valores de la libertad, la democracia, la tolerancia y el humanismo cristiano y está plenamente comprometido con las necesidades, las preocupaciones y los problemas de todos los ciudadanos”.

Otra incógnita. Ahora mismo, los estatutos especifican que el PP se declara a favor de la vida. ¿Se mantendrá tan comprometida formulación?

 

¿Se aceptará el voto en conciencia? ¿Se incluirán en los estatutos la elección de candidatos por primarias, mediante el voto directo de los militantes? ¿Habrá limitación de mandatos?

Lourdes Méndez, hasta 2011 portavoz del partido en Asuntos Sociales, ha presentado una enmienda que pide “evitar el adoctrinamiento educativo derivado de cualquier visión totalitaria de la persona y la sexualidad que pueda impedir la libertad de pensamiento, ideológica y religiosa consagradas en nuestra Constitución, así como el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos conforme a sus convicciones”. Un misil en la línea de flotación de la ley pro LGTB que ha aprobado en Madrid Cristina Cifuentes.

¿Saldrá, en fin, un partido liberal, un partido socialdemócrata, o ninguna de las dos cosas?

Aparte de la gaviota o el charrán, esas son, entre otras, las cuestiones de fondo que tiene que debatir y fijar el Partido Popular. Y se juega mucho en ello.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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