José Apezarena

El fiscal y la infanta

El fiscal anticorrupción de Palma, Pedro Horrach, ha protagonizado un actuación cuando menos sorprendente, presentando al juez Castro, instructor del caso Urdangarín, un informe de más de treinta folios en el que plantea que no se impute a la Infanta Cristina por blanqueo de capitales y delito fiscal.

La actuación del fiscal tiene, sin embargo, algunos antecedentes que en parte la explican. Ambos personajes, Horrach y Castro, han trabajado juntos y en armonía durante mucho tiempo, en éste y en otros sumarios, pero sobre todo en los relativo al caso “Palma Arena”, y la pieza separada que afecta a Diego Torres e Iñaki Urdangarín. Y había cierta unidad de criterio entre ambos.

Sucedió, sin embargo, que a finales de marzo el fiscal se iba a tomar unos días de vacaciones. Estaban debatiendo en ese momento sobre si se pedía o no la imputación de la infanta Cristina, y Pedro Horrach planteó a su colega si, durante su ausencia, adoptaría alguna providencia o resolución. El juez Castro le respondió que no. Y, sin embargo, precisamente cuando se encontraba de vacaciones, y por tanto de forma sorpresiva y sin contar con su parecer, a primeros de abril dictó auto de imputación a la infanta. Esa ‘traición’ explica el durísimo escrito del fiscal contra la imputación, que incluía fuertes críticas a la actuación y decisión del instructor. La complicidad había saltado por los aires.

El actual escrito es un ‘informe preventivo’, es decir, ha sido elaborado, no sólo antes de que Castro decida de nuevo la imputación de la infanta, sino precisamente para evitar que lo haga.

Leído con detenimiento, el informe es bastante ilustrativo. “No bastan meras sospechas o conjeturas para imputar a una persona”, afirma Pedro Horrach, citando así una frase del propio instructor cuando inició el sumario hace dos años. Sostiene, en fin, que la suma de indicios y conjeturas (así califica el material reunido sobre la hija del rey) no constituyen ni construyen una prueba.

Argumenta también que, no obstante lo que se ha ido publicando en algún periódico, nada nuevo ha acaecido desde la anulación de la primera imputación, y por tanto no ve motivo para intentarlo de nuevo. Es imposible concretar “hechos con una mínima apariencia delictiva”, sostiene.

Respecto al posible delito contra la Hacienda Pública, que la Audiencia de Palma, en la sentencia que anuló la imputación, aconsejo se investigara, explica el fiscal que el delito requiere “participación” en el hecho delictivo. Y ello se produce, o bien por inducción a cometerlo, o bien mediante cooperación en los actos. Ninguno de esos dos supuestos se han producido en el caso de la infanta, concluye Horrach.

Queda por ver si, a pesar de todo, el juez Castro vuelve a imputar a la infanta Elena. A punto de cerrar la instrucción del caso, a lo mejor desea protagonizar una despedida a lo grande, o sea imputando. A pesar del riesgo cierto de que la Audiencia de Palma vuelva a descalificarlo.

 
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