Los incendios de Pere Navarro

Con amigos así, no hacen falta enemigos. Es lo que podrían exclamar en el PSOE a propósito de su aliado fraternal (?) en Cataluña, Pere Navarro.

Y es que el primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) no cesa de abrir vías de agua en la mismísima línea de flotación del socialismo español. En febrero, en pleno debate del estado de la nación, pidió la abdicación del rey sin ni siquiera consultar a Alfredo Pérez Rubalcaba. Seis días después, los diputados del PSC votaban en el Congreso a favor de la consulta soberanista.

Ahora, no le ha bastado con su apoyo explícito a la celebración de la consulta catalana, en contra de todos los pronunciamientos de Madrid, una posición que puede causar una sangría de votos el PSOE por el resto del territorio nacional. Es que ha incendiado el partido en el País Vasco y Navarra.

Pere Navarro ha reclamado la eliminación del “privilegio” que supone el sistema de financiación del que disfrutan el País Vasco y Navarra, el llamado concierto. Amparado por la Constitución, consiste en que, en esas dos comunidades, son los gobiernos autónomos los que recaudan y gestionan los impuestos estatales, y luego pagan una cantidad a la Administración central, el cupo.

El líder catalán no informó previamente a Madrid de lo que iba a decir, siendo un asunto de ámbito no regional sino nacional. Además, se da la circunstancia de que hace sólo dos semanas el PSC presentó una propuesta de reforma constitucional que no hablaba de eliminar de la Constitución el concierto vasco.

“Desde luego, no compartimos la apreciación del señor Navarro”, respondió inmediatamente Elena Valenciano. Siguió un rechazo formal del PSOE, pero no tan rápido ni tan tajantemente como para impedir que cuatro federaciones (Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura, Asturias) hayan planteado también la revisión del cupo.

Ni que decir tiene que la reclamación ha provocado el pánico en los socialismos vasco y navarro, por las previsible consecuencias electorales que ello provocará en sus respectivas demarcaciones.

Pere Navarro razonó que suprimir los conciertos sería un punto de partida para lograr una financiación más justa para todas las comunidades, sin privilegios. Afirmación, sin embargo, que cuadra mal con sus cerrados apoyos a las singularidades de Cataluña, sus alineamientos con el nacionalismo de Convergencia, y el respaldo a las reclamaciones de Artur Mas. Por lo visto, lo que se consiga para Cataluña, eso no lo considera ‘privilegios’.

editor@elconfidencialdigital.com

 

Twitter: @JoseApezarena

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