La no información de Sanz Roldán
El anuncio de que el director del CNI iba a comparecer en el Congreso, ante la Comisión de Gastos Reservados, suscitó no pocas expectativas en los medios. Lo que se materializó en una intensa cobertura periodística.
En vísperas de la sesión, fijada para el martes, 19 de marzo, comenté, en alguna de las tertulias televisivas en las que participo, que no esperaba ninguna revelación especial como fruto de esa cita parlamentaria. Entre otras razones, porque sabe que todo lo que se presente en dicha instancia, que algunos denominan ‘comisión de secretos oficiales’, sale a la luz media hora después.
Y así ha ocurrido. Por lo que ha trascendido, el máximo cargo del Centro Nacional de Inteligencia no ha aportado ningún dato significativo sobre las cuestiones planteadas, una de ellas la cobertura (que negó) o relación (que también negó) del CNI a Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Y tampoco sobre el resto de asuntos aportó nada.
No hay que extrañarse en absoluto. Va en el sueldo del director del Centro no contar nada. A pesar de que, como es lógico, sabe mucho. Pero menos aún hablar en una instancia que se ha convertido en un coladero informativo.
Por cierto que el propio Sanz Roldán admite que ha coincidido un par de veces con Corinna, pero añadiendo que no en su condición de máximo dirigente del CNI. Afirmación paradójica donde las haya, porque el director del CNI no deja de serlo nunca. Aparte de que, entonces, cabría preguntarse en calidad de qué se encontró con la famosa consejera y amiga del rey.
Un añadido más. Días atrás, una fuente del Centro Nacional de Inteligencia me contactó para intentar explicarme que unos datos publicados en El Confidencial Digital relacionados con la actividad del Centro no eran ciertos. Le planteé: ¿y, si en realidad fueran ciertos, tú me lo dirías? La respuesta fue el silencio. Pues eso.
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