José Apezarena

La mala suerte del líder

Parece que el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene mala suerte con sus colegas territoriales. Al menos con algunos de ellos.

Muchos dolores de cabeza le proporcionó Pere Navarro, el líder del PSC, con sus alineamientos pro-soberanistas, aunque al final ha logrado reconducir la situación, no sin costes, como el abandono de tres diputados regionales. La sucursal catalana parece pacificada.

Ahora el problema se ha trasladado a Navarra, donde la deriva de Roberto Jiménez, el secretario del PSN, ha colocado al PSOE nacional en la tesitura de tener que pararle los pies a como dé lugar.

La simple posibilidad de que se visualice en la opinión pública un pacto de los socialistas con Bildu en Navarra produce escalofríos en la sede de la calle Ferraz, por los efectos demoledores que provocaría en el resto de España; en la militancia por supuesto, pero sobre todo entre los votantes.

A las puertas de las elecciones europeas, y con el horizonte de las autonómicas y municipales de 2015, más las generales de finales de ese año, un desliz de ese tamaño dejaría por los suelos las magras expectativas electorales del PSOE.

Ya se ha comentado que las europeas de mayo son para Rubalcaba la última oportunidad para intentar convertirse en presidente del Gobierno de España, algo a lo que no ha renunciado.

El secretario general 'necesita' un buen resultado en mayo, como condición imprescindible para poder plantearse competir en las primarias y conseguir la nominación como candidato a las generales.

Si las europeas salen mal, Alfredo Pérez Rubalcaba tirará la toalla definitivamente y con ello cerrará su carrera política. Por eso, si no logra encarrilar las cosas en Navarra, la apuesta del PSN puede convertirse en su tumba.

 
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