Las medias verdades (o mentiras) de Rajoy y Rubalcaba
Increíble parece que, hablando del mismo asunto, la situación del país, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición sostengan afirmaciones tan radicalmente opuestas.
Tal como ayer se apreció durante el debate sobre el estado de la nación, la España que describió Mariano Rajoy no tiene nada que ver con la que desgranó su oponente, Alfredo Pérez Rubalcaba.
¿Qué ocurre? Pues que cada uno de ellos analiza y describe sólo desde un punto de vista: Rajoy desde los éxitos, desde lo que va bien, olvidando las sombras de su gestión; y Rubalcaba ateniéndose únicamente a los fallos, a lo que va mal, sin reconocer ni un solo mérito a sus oponentes.
Ocurre que los dos líderes dicen medias verdades (otros lo llamarían medias mentiras). Y quizá la realidad, el verdadero estado de la nación, es la suma de las dos versiones: lo bueno que predicó el presidente del Gobierno más lo malo que denunció el líder socialista.
Porque dijo verdad Mariano Rajoy al hablar de que España crece económicamente, que la cifra de parados en diciembre era de 169.000 menos que un año antes, que el IPC se ha estancado en el 0,2, que la balanza de pagos es positiva por vez primera desde 1998, que hay record de exportaciones y de turismo, que ha vuelto la inversión extranjera, o que la prima de riesgo está en la tercera parte de lo que alcanzaba cuando él llegó a La Moncloa, etc.
Pero también tenía razón Rubalcaba cuando desgranó los recortes en el estado de bienestar, el copago sanitario, los contratos de 12 horas con sueldos de 500 euros, los bajos salarios, la necesidad de salir fuera del país para trabajar... Eso es también España.
¿Cuándo y cómo se dirimirán las diferencias? ¿Quién tendrá al final razón? Dependerá de cómo evolucione la economía. Si las durísimas medidas aplicadas por este Gobierno producen efecto, sobre todo en la creación de empleo, la razón caerá de parte de Mariano Rajoy.
Otra cosa es que, supuesto que el éxito se produzca, su efecto llegue a tiempo de capitalizarlo en las elecciones generales de 2015. Si no...
Porque no sería el primer dirigente político que pierde el poder a pesar de haber arreglado económicamente el país. Que se lo pregunten a George Bush padre.
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