Un ‘pato cojo’ llamado Mariano Rajoy

Recientemente, un destacado diario dedicó un editorial a Mariano Rajoy y lo calificó de ‘pato cojo’, aludiendo al apelativo que reciben los presidentes norteamericanos en su segundo mandato, cuando ya no tienen opción de ser reelegidos y por tanto suelen sentirse bastante mermados en su capacidad de tomar grandes decisiones de gobierno.

Afirmaba el periódico que al presidente le espera un año en el que podrá hacer pocas cosas porque se dedicará solo a intentar vender, durante todo ese tiempo, los presuntos éxitos de su Gobierno, con vistas a conseguir la reelección. Y el editorial no veía muy claro que lo consiguiera.

Discrepo de ese análisis. No me parece que Mariano Rajoy sea en verdad un ‘pato cojo’, sin capacidad de mando. Es cierto que su objetivo final es ‘vender’ la gestión realizada, pero no se va a limitar a eso. Le quedan cosas que hacer y hay mensajes que lanzar. Una prueba es su última, por ahora, comparecencia ante la opinión pública, con esa entrevista a la agencia Efe.

Pero no se limitará a esa iniciativa. Es voluntad del equipo de La Moncloa, y por tanto del presidente del Gobierno, intensificar la presencia pública de Rajoy, con entrevistas y declaraciones, pero también con ruedas de prensa, visitas y viajes.

Y, frente a la teoría de la falta de capacidad de gobierno por ser un ‘pato cojo’, va a aprobar unas cuantas leyes, que además intenten rellenar algunos socavones de imagen y valoración, por ejemplo esa nueva regulación de apoyo a las familias y la maternidad. Sin olvidar los desafíos de la seguridad nacional, que ha afrontado aprobando las nuevas directrices, pero sobre todo firmando un pacto de Estado con el PSOE, que hay que verlo como el primer eslabón para esa coalición de gobierno con los socialistas si las elecciones generales vienen mal dadas y le otorgan el poder decisorio a Podemos.

Además, y para un escenario menos negativo, se está ‘trabajando’ a algunos dirigentes nacionalistas, como es el caso de Íñigo Urkullu y Artur Mas, por si tras la elecciones le bastase con sus votos para conseguir la investidura.

En fin, que me parece que, de ‘pato cojo, nada.

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