A pesar de todo, el PP tiene suerte
Es conocida la imagen del pollo al que se ha cortado la cabeza y que, sin embargo, sigue corriendo alocadamente durante un corto tiempo antes de caer definitivamente. Cuando yo era pequeño, lo pude ver en alguna ocasión.
Pues así, tal que un pollo sin cabeza, parece que anda el Partido Popular en estos últimos tiempos, tantos son los errores, las correcciones, las vueltas atrás, los anuncios y los desmentidos inmediatos… Sobre todo a propósito del caso Bárcenas, pero también de Jesús Sepúlveda y asuntos parecidos.
La sensación de desgobierno semeja tal que, en condiciones normales, una formación política con ese comportamiento acabaría arrasada políticamente a manos del principal partido de la oposición, en este caso de los socialistas. Tantas son las bazas ofrecidas.
Pero el PP tiene suerte. La fortuna de que sus rivales más inmediatos tampoco andan demasiado afinados. Y, sobre todo, que al PSOE le van surgiendo vías de agua por todas partes. De forma que, sólo con dedicarse a taponarlas, ya se encuentra suficientemente ocupado.
Por hacer un repaso somero de las penurias socialistas, además del asunto Fundación Ideas y del ‘caso Campeón’, y sin olvidar los espionajes de Cataluña, habría que citar sobre todo la patata caliente del PSC y su deriva soberanista, pero también la rebelión de los gallegos con su petición de primarias, sin olvidar al siempre guerrero Tomás Gómez, que ahora apoya al PSdeG.
Lo dicho, el PP tiene suerte.
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