José Apezarena

¡Cómo nos pondrían a los españoles en la prensa británica!

Por fin. Por fin las autoridades británicas han tenido a bien poner fin al calvario que estaba padeciendo la familia de Ignacio Echevarría, y con ellos no pocos españoles, y ayer, cuatro días después de los sucesos, confirmó que era uno de los ocho asesinados en los atentados de Londres.

A efectos de identificación, ocho personas fallecidas no parece un desafío imposible de afrontar y superar para los servicios forenses de un país medianamente desarrollado, pero menos tendría que serlo para una nación como Reino Unido. Y mucho menos aún cuando la familia Echeverría les había enviado desde Madrid las huellas dactilares.

La excusa para esos retrasos han sido los exigentes requisitos legales que se aplican allí. Como suele decirse, excusa de mal pagador, hasta el punto de que su ministro del Interior lo ha reconocido indirectamente al pedir disculpas a la familia por los sinsabores causados. ¡Es que hasta el miércoles ni les dejaron ver ni acompañar el cadáver de Ignacio!

Atendiendo a tan sorprendente comportamiento, al secretismo y la cerrazón de las autoridades británicas, no es de extrañar que muy pronto corrieran rumores diciendo que trataban de ocultar algo inconfesable. Ayer mismo volvieron a circular en Internet comentarios insistiendo en la teoría de que Ignacio había muerto por disparos de la policía londinense.

Según esa versión, falleció, no por apuñalamiento, sino por arma de fuego, debido a que los agentes que abatieron a los tres yihadistas le confundieron con uno de los terroristas.

Si los hechos hubieran ocurrido al revés, es decir, que las autoridades españolas hubieran mostrado el mismo comportamiento y la misma tardanza en el caso de un inglés que hubiera caído víctima de un tiroteo terrorista en Madrid... ¿alguien se imagina cómo nos habrían tratado en la prensa británica?

¡Cómo nos podrían esos medios que siempre que pueden descalifican en sus portadas a España y los españoles, con noticias escandalosas, malintencionadas, forzadas y falsas! Los tabloides que recientemente llamaron a los españoles "follaburros", y que dijeron que "sus dirigentes son también asquerosos". Hasta acusaron a los malvados hispanos de ser culpables de que en sus supermercados no hubiera lechugas.

Así que repetirían lo de la tradicional incuria de los vecinos del Sur de Europa, nos acusarían de incapacidad, desorganización, inutilidad, subdesarrollo...

Pues... aplíquense ustedes el cuento (los calificativos), señores británicos.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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