José Apezarena

El renuncio de Marc Gasol y los pitos a Piqué

Cuando, en junio pasado, se anunció el fallo del jurado del premio Princesa de Asturias del Deporte, escribí que Marc Gasol no se lo merecía. Y ahora me reafirmo. Aunque se lo hubieran otorgado junto a su hermano Pau.

Me basé en un comentario de Marc a los pocos días, en plena tormenta por los silbidos en la final de Copa en presencia del rey, cuando dijo que “pitar el himno es una forma de expresarse pacíficamente”. Me pareció una salida de tono, pero mucho más en quien acababa de recibir un galardón que lleva el nombre de la heredera del trono de España. Y concluí que el pequeño de los Gasol no se lo merecía.

Digo que me reafirmo, porque se acaba de conocer que ninguno de los hermanos acudirá a Oviedo a recibir el premio.

El argumento que han dado es la proximidad del inicio de la temporada de baloncesto en los Estados Unidos, pero la realidad es que la ceremonia tendrá lugar el día 23, mientras que el comienzo de su liga será cuatro días después, el 27. No veo el problema, si de verdad existe interés por acudir.

Pienso que la ciudadanía no tiene por qué soportar que personajes famosos le falten al respeto. Y que, por tanto, le protege el derecho a reaccionar. Por eso, apunto de pasada, a mí no me molestan los pitos a otro deportista catalán famoso, el blaugrana Piqué. Si él puede expresar públicamente lo que piensa sobre Cataluña y España, el resto de españoles tienen igual derecho de mostrarle su protesta, pitándole, cuantas veces lo consideren conveniente. Y no me parece un argumento afirmar que silbar al defensa es pitar a toda la Selección nacional, porque no es verdad.

En aquel blog de junio a propósito del premio a los Gasol, insistí una vez más en que los jurados de los premios deberían tomar algunas precauciones a la hora de dictar su fallo, para no encontrarse con sorpresas.

Sucedió con el Cervantes concedido a Juan Goytisolo. El día de la entrega, en presencia de los reyes, escuchamos al escritor un discurso propio de un ‘indignado’ y reivindicar el partido de Pablo Iglesias, Podemos. A la vista del tipo de galardón, y de quiénes presidían el acto y quiénes asistían, fue una inconveniencia por su parte, cuando no una descortesía que el jurado debió adivinar antes.

En cuanto a los Príncipes de Asturias de los Deportes, ha habido patinazos repetidos por concederlo a figuras que no viajaron a Oviedo para recibirlos. Ocurrió con el ciclista Lance Armstrong, con la veterana tenista Martina Navratilova, y hasta con el velocista Carl Lewis, aunque en este caso se excusó diciendo que había perdido el avión.

Y ahora, nuevo tropezón con el renuncio de los Gasol.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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