José Apezarena

Los tropezones de Pedro Sánchez

No pocos de los anuncios más solemnes que realizó Pedro Sánchez apenas tomar posesión de La Moncloa se están convirtiendo, en realidad, en problemas, en dolores de cabeza.

Ahí está la promesa de sacar los restos del Franco del Valle de los Caídos en el mes de julio, algo que por lo visto no va a ser posible. Y que incluso puede tardar bastante, porque la Abogacía del Estado aún no ha dado con la solución jurídica que permita una exhumación en contra de la voluntad de la familia.

Lo mismo puede decirse con la prometida solución rápida al problema de Radiotelevisión Española, convertido en un vodevil político en el que sus principales protagonistas e impulsores han hecho el ridículo.

Es que antes de anunciar y prometer, antes de asegurar algo, y mucho más si se formula con cierta solemnidad, hay que ver si lo podemos cumplir. Parece bastante elemental, ¿no?

Por lo que se refiere a RTVE, en vista de que la negociación para configurar el nuevo consejo se hallaba bloqueada, por las resistencias de PP y Ciudadanos, Pedro Sánchez quiso dar un golpe de autoridad, aprobando un decreto ley para resolverlo de forma inmediata.

Y entonces se anunció la "nombramiento" (por Podemos, porque lo notificó en público Pablo Iglesias) de Andrés Gil, jefe política de eldiario.es. La filtración provocó enorme enfado en La Moncloa, que incluso llamó al orden a los dos negociadores socialistas, uno de ellos la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra. Y el candidato quedó descartado.

Se sucedieron las filtraciones y especulaciones, incluyendo luchas de aspirantes que se enfrentaban en las redes sociales. Un espectáculo. Finalmente, se notificó el nombre definitivo, el de Tomás Fernando Flores, director de Radio 3, como la persona designada por La Moncloa.

Bueno, pues tampoco. En un episodio casi cómico, el Gobierno ha perdido en el Congreso la votación para nombrar los consejeros, por la ausencia de dos diputados y por otros dos que supuestamente se equivocaron, lo que impidió alcanzar la mayoría de 175. Con lo que el proceso ha descarrilado otra vez.

Digo lo de "supuestamente", porque no faltan quienes apuntan que en realidad se trató de un fallo deliberado. Lo sugieren, por ejemplo, diputados de Podemos.

 

Lo ocurrido con la votación es un fallo elemental. Si estás en minoría en la Cámara, entonces razón de más para extremar los cuidados y las precauciones, controlando voto a voto cada uno de los apoyos hasta tener todas las garantías. Por lo visto, no se hizo.

El estropicio causado habría que adjudicarlo a la persona responsable de la minoría gubernamental, es decir, a Adriana Lastra, que desembarcó desde Ferraz en la portavocía sin ninguna especial habilidad para semejante tarea, mucho más difícil aún si solamente tienes 84 escaños.

Ahora, el propio Pedro Sánchez, no sé si desesperado, ha solicitado a los diputados que apoyen su tercera "solución": nombrar un administrador único para RTVE mientras se pone en marcha y sale adelante el concurso para un nuevo consejo de administración. A ver si esta vez lo logra.

Algunas de estas cosas que vienen ocurriendo cabría adjudicarlas a limitaciones solo propias de aficionados.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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