Basta de crucificar por sistema a los funcionarios

El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, se ha referido este jueves a los 2.500 millones de euros de ahorro que supondrá a comunidades autónomas y ayuntamientos la extensión de la jornada laboral de los funcionarios en dos horas y media a la semana.

En ese contexto, ha hecho hincapié en la importancia de que los empleados públicos optimicen su tiempo. Y ha dicho: los trabajadores deben “olvidarse del cafelito y de leer el periódico”, ser más productivos, con responsabilidad y humildad, “que no sumisión”.

No sé qué pensarán ustedes pero yo comienzo a cansarme de esta denigración sistemática de los funcionarios del Estado. No me parece justo.

Es cierto que la economía española debe ganar en competitividad. Alguien ha apuntado la necesidad de ligar las subidas salariales de este colectivo al rendimiento y desvincular la evolución de sus sueldos a la inflación. Son asuntos controvertidos, que ofrecen pros y contras.

Lo que no parece de recibo es la demonización sistemática de un cuerpo que, en la mayoría de los casos, intenta hacer bien su trabajo. Esto lo saben quienes tienen a algún conocido en esta situación y es persona de bien.

Es mi caso y el de otros muchos.

En este sentido, este jueves leí en una web el comentario de un lector muy agudo, que decía:

-- Los albañiles y los de mantenimiento de carreteras tienen que olvidarse de que trabaje uno y miren cinco. Las secretarias, a dejar de pintarse las uñas y a ir al servicio en parejas. Los de El Corte Inglés, de salir cada dos por tres a fumar diez cigarrillos. Los de atención al cliente de las telefónicas, que aprendan a usar el ordenador. Los vendedores, a estar horas de pie sin hacer nada para luego ponerte cara de perro. Los del bar, tendrán que olvidarse de tardar una hora en servirte. Lo mismo, los camareros de restaurante. Y podría seguir... ¿A que es fácil soltar insultos gratuitos basados en falacias por anécdotas? ¡Ah! Y los diputados deben olvidarse de no ir al Congreso, de no estar en su escaño, de una pensión impresionante cotizando nada de años, de las dietas... Y esto último SÍ que es cierto. Firmado: Aralan.

Estoy plenamente de acuerdo.

 

Respetemos a tantas personas que intentan realizar dignamente su trabajo en una administración pública.

Vamos, digo yo.

Más en twitter: @javierfumero

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