Javier Fumero

Boko Haram: esos descerebrados que olvida Occidente

“Disfruto matando a quién Dios me ordena hacerlo”. La machada pertenece a Abubakar Shekau, líder de la organización yihadista Boko Haram que este miércoles –el mismo día del trágico atentado en París contra la revista Charlie Hebdo- asesinó a cientos de personas (cientos) en el noreste de Nigeria.

Se trata del segundo ataque en menos de una semana a la localidad de Baga. La milicia islamista aprovechó la ausencia del Ejército nigeriano para asaltar hasta 16 aldeas de la zona (16 aldeas).

Los yihadistas de Boko Haram han implantado ya el califato en la frontera de Nigeria con Chad y Camerún y aplican en África las mismas pautas de brutalidad que el Estado Islámico sigue en Siria e Irak.

Los fugitivos que huyen a su paso aseguran que este movimiento, incluido en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos desde 2013, ha impuesto la Sharia en toda la región, con todo el cortejo de ‘lindezas’ que la acompañan: flagelación, mutilaciones y degüellos para quien ofrezca resistencia.

Los secuestros, saqueos y asesinatos masivos componen el catálogo completo de actuaciones de Boko Haram. Según informes recopilados por diversas ONG, habría consumado en 2014 más de 10.000 asesinatos (10.000).

A todos nos suena este grupo porque el mundo entero asistió perplejo, en abril de 2014, al rapto de 200 niñas cristianas de un internado en la ciudad de Chibok. Abukabar Shekau se grabó en vídeo fardando de su gesta y anunciando que vendería a aquellas muchachas como esclavas para que se convirtieran al Islam.

La comunidad internacional, con famosos y líderes a la cabeza, pidieron su liberación en una amplia campaña de opinión pública. Pero no se logró nada. Al final, el olvido se ha cobrado nuevas víctimas.

En la pasada Nochebuena los milicianos secuestraron a otras 170 mujeres y niñas en Gamsuri, aldea cercana al pueblo de Chibok. En el asalto asesinaron a 35 personas que trataron de impedir el atropello.

Hace ocho días, el 31 de diciembre, los yihadistas de Boko Haram se llevaron a 40 hombres y niños varones de la aldea de Malari. Algunos informadores han explicado que su intención es convertirlos ahora en comandos suicidas.

 

Entiendo que Nigeria nos pilla bastante más lejos que París. Pero ¿no hay algo perverso en este doble rasero, en esta forma tan distinta de comportarnos ante el horror?

Más en twitter: @javierfumero

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