Javier Fumero

Ciudadanos abandona el contorsionismo

Llegó la hora. Ya está. Es real. Ciudadanos ha venido para quedarse. Ha irrumpido con fuerza y determinación en comunidades y ayuntamientos. Se ha convertido en un actor más del espectro político nacional.

Pero ahora toca lo más difícil. Ahora, el partido de Albert Rivera debe retratarse, abandonar el contorsionimo ideológico y pisar tierra.

Tampoco ha tenido tiempo. Tampoco se le ha exigido tanto. Pero eso se acabó, insisto. El mapa político español que sale de este 24-M es un mosaico de gobiernos sin mayorías, que exige pactos y alianzas sin cuento.

Este será el primer paso. Habrá que comprobar qué principios rigen esa política de coaliciones que aliente Ciudadanos.

Lo digo porque comparto el parecer de algunos analistas que llevan tiempo denunciando el planteamiento de Albert Rivera: apenas ha concretado qué país quiere más allá de cuatro o cinco generalidades. Algunos ejemplos:

1. Se declara liberal y socialdemócrata. Vale. Como casi el 80% del parlamento español. Ninguna novedad en esto.

2. Se manifiesta partidario de la honestidad y honradez extrema en la política. Pero ¿hay algún partido que no se haya comprometido a ello? No. Y esta contorsión sobre la ‘pureza’ de Ciudadanos se pone a prueba ahora, cuando sus representantes deberán empezar a pisar moqueta. Cuatro o cinco casos de corrupción que manchen por vez primera el naranja de su logotipo y se acabó el áurea de probidad que todavía les acompaña. Es lógico: todos los partidos deberán ser decentes o lo pagarán muy caro. Esto no diferencia una marca.

3. Es partidario de los derechos laborales, las pensiones y la defensa de los que menos tienen. Pues bienvenido al club. Uno de los principales argumentos que va utilizar Mariano Rajoy para ganar las elecciones generales a final de año es que, a pesar del tsunami que arrasó la economía española durante estos cuatro años, no ha tocado ni un céntimo de euro de los pensionistas. Si Ciudadanos rechaza la reforma laboral del Gobierno sigue al PSOE, a Podemos, a IU… Tampoco hay aquí novedad, entonces.

4. Rivera propone oxigenar la política española. En concreto plantea, atención, obligar a los partidos a realizar Primarias. Me parece interesantísimo el concepto: los partidos necesitan aire fresco, menos ‘dedazos’ y dejar que los militantes opinen más. Pero ¿qué es eso de obligar a los partidos a nada? Que el Partido Popular elija a sus líderes como le parezca, que ya será el ciudadano el que lo ponga en su sitio cuando corresponda. Si corresponde, por cierto, porque a lo mejor la mayoría de los españoles no piensan como yo, qué le vamos a hacer. Mientras tanto, estos tics totalitarios no tienen ninguna gracia y son muy poco liberales.

 

¿Entienden lo que les digo? Es muy fácil llenar cuatro folios con eslóganes y frases brillantes. Otra cosa muy distinta es abandonar el contorsionismo y dotar de contenido todos esos lemas. Y si no, que se lo pregunten a Podemos: desde las Europeas han sufrido en sus carnes precisamente este mismo calvario.

Más en twitter: @javierfumero

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