Javier Fumero

Ciudadanos corre el riesgo de desfondarse

Las encuestas son prácticamente unánimes: Ciudadanos sigue en ascenso. El impulso generado por la sorprendente victoria en las elecciones del 21-D en Cataluña no parece flor de un día. La marea naranja sigue pujante y continúa provocando adhesiones al partido de Albert Rivera.

¿Qué está pasando? Los analistas coinciden: Ciudadanos está logrando apoyos gracias a su capacidad para atraer electores de derechas sin perder a los de centro. Es un hecho rubricado con datos. Según las cifras publicadas por el CIS, Rivera ha arrebatado ya 1,4 millones de votos al PP y lo supera en los municipios de más de 50.000 habitantes.

Resulta especialmente llamativo lo que sucede en Andalucía. El último sondeo del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), difundido el pasado mes de febrero, establecía que el PSOE-A sería el partido más votado de celebrarse ahora elecciones autonómicas en Andalucía, con el 34,1% de los votos.

Pero por primera vez el PP-A queda relegado a la tercera plaza por culpa de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera lograría el 19,8% de los votos y el partido de Rajoy obtendría un 18,3%. Podemos sería cuarto con el 10,5% de los sufragios, seguido de por IULV-CA, con el 8,3%.

Ver para creer.

Sin embargo, el problema de Ciudadanos es lo que en términos ciclistas se conoce como un demarraje realizado con demasiada antelación. Hay que medir las fuerzas y escoger bien el momento. Acelerar con precipitación permite que el rival se recupere, tenga tiempo para aplicar medidas paliativas y hasta consiga corregir aquello que le impedía ser más veloz.

Queda mucho tiempo para las elecciones. Este es un hecho de gran relevancia especialmente en este momento. Cada vez se vive a una velocidad mayor. Les pongo un ejemplo: el trágico atentado en las Ramblas de Barcelona parece que tuvo lugar hace varios años... ¡y no han pasado ni siete meses!

Ahora siete meses es una eternidad. Porque nuestro acceso al conocimiento es mayor y los hechos nos impactan de forma más potente desplazando del foco otras cuestiones. El estado de trepidación en el que entró España en octubre con el desafío independentista actuó de lanzallamas sobre nuestra memoria y no quedó ni rastro de los asuntos que ocupaban nuestra atención antes del 1-O.

Por eso pienso que Ciudadanos corre el riesgo de desfondarse, de que esta carrera de velocidad hacia La Moncloa se le haga muy larga y vaya erosionándose por el camino.

 

Más en twitter: @javierfumero

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