Javier Fumero

Dar publicidad o no al secuestro yihadista de Sidney

Este confidencial lleva hoy una noticia inquietante: los servicios secretos han detectado un cambio en el modo de proceder de los yihadistas. Ahora buscan acciones en cafeterías y restaurantes que provoquen el mayor eco mediático posible y captar para la causa en Occidente a jóvenes indecisos. El trágico secuestro de Sidney responde a este patrón.

La pregunta es, por tanto, pertinente: ¿No hace la prensa un flaco favor a la sociedad al airear estos sucesos? ¿No sería mejor callar? ¿No deberíamos mirar para otro lado? ¿Se deben publicar fotos y vídeos de asesinatos? ¿No da alas al terrorismo esa publicidad? ¿No alimenta toda esa sangre el fanatismo?

Es un debate antiguo. Y complejo. Donde, como ya he dicho en alguna otra ocasión, hay que valorar algunas cuestiones importantes:

a) En primer lugar, existe el derecho a mantener informada a la población de aquello que les amenaza y perturba. A esto hay que añadir que es preciso conocer al enemigo para poder vencerlo y la colaboración ciudadana se ha demostrado vital muchas veces para alcanzar esta victoria. Silenciar los hechos no ayudaría.

b) Tratándose, además, de un tema tan delicado como el derecho a la información, que afecta de forma tan directa a las libertades de los individuos –la libertad exige el conocimiento-, ¿quién se podría erigir en salomónico regulador con competencia para determinar qué deben saber y qué no los ciudadanos? Delicado asunto.

c) Por otro lado, los terroristas buscan efectivamente la publicidad de sus acciones como un medio para hacer llegar al mundo sus reivindicaciones. Pero, ¿quién dice que lo evitará no dar publicidad a la explosión de un coche bomba que no ha causado daños personales? ¿No llevará más bien a que los terroristas busquen acciones más tremebundas, que por lo espectacular de sus consecuencias (en pérdidas de vidas o daños materiales), sobrepasen a los filtros y censuras preventivas? Menuda espiral la que se originaría.

d) Hay otra objeción que hacer a los que piden discreción. ¿Es realmente posible ocultar un hecho tan escandaloso como una masacre que tiene lugar a pocos metros de tu casa? Si te toca es imposible darle la espalda. Es un hecho de relevancia internacional. Los actuales medios digitales harían inútil el apagón informativo... y los medios quedarían como algo residual.

d) Un último dato. Como ha dicho algún experto, con las plataformas actuales (teléfonos móviles, cámaras digitales, redes sociales, chats, mensajería instantánea...) las imágenes más polémicas, las fotos más duras, navegan a velocidad de vértigo entre los ciudadanos. Para los periodistas resulta ya imposible ignorar todo ese material. No sería lógico.

Más en twitter: @javierfumero

 
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