Don Juan Carlos no abdicará jamás

No lo digo yo. Lo dijo la Reina hace algunos años, como transmitiendo el sentir del Rey:

-- “¿Abdicar? ¡Nunca! El Rey no abdicará jamás”.

La frase aparece en el libro titulado ‘La Reina muy de cerca’ que publicó hace cuatro años la periodista Pilar Urbano, fruto de un puñado de encuentros personales celebrados en la Zarzuela con Doña Sofía.

En una de las visitas, le preguntó directamente por esa posibilidad y la respuesta fue terminante, en el sentido apuntado. Pero la Urbano siguió con la cuestión:

-- ¿Rey hasta la muerte?

-- Ni lo hablamos. Se da por sobreentendido que reinará hasta la muerte. A un rey sólo debe jubilarle la muerte. Salvo que…

Y añade la periodista:

-- No concluye la frase, pero expresivamente se encoge de hombros, enarca las cejas y mueve las pupilas en una rotación de izquierda a derecha como si dijera: “Imagina cuántas cosas pueden ocurrir en la vida de un hombre: un accidente, una enfermedad… o en la vida de un país… ¿Quién conoce el futuro?”.

Pero la Reina no se detuvo ahí. Prosiguió:

 

-- Lo deseable, lo conveniente, por el asentamiento de la propia institución en los tiempos nuevos de España es que el Rey muera en su cama y alguien diga: “El Rey ha muerto, ¡viva el Rey!”. Yo eso lo viví en mi casa, en Atenas. Cuando murió mi padre, inmediatamente el primer ministro aclamó a mi hermano Constantino como nuevo rey.

En aquella cita, Doña Sofía aportó otro dato interesante para el debate público que se acaba de abrir en nuestro país. Confirmó que el heredero parece, efectivamente, estar listo para reinar.

-- No lo dudo –explicó. Sin pasión de madre, no creo que entre las monarquías reinantes haya otro Príncipe heredero mejor preparado… Igual, puede. Mejor, no.

Un apunte más. La Reina esbozó en aquellas entrevistas lo que pensaba sobre el futuro de la Monarquía. Una de las cosas que dijo fue lo siguiente:

-- Ya hace mucho tiempo que las monarquías valen por su utilidad: si garantizan paz, estabilidad, democracia, libertades, prestigio… Es decir, si sirven al pueblo, el pueblo las acepta y las quiere. El rey vale si es útil y sirve.

Lúcido modo de enfocar la cuestión, creo.

Más en twitter: @javierfumero

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