España, deja de lloriquear

Un analista económico de Gran Bretaña ha sugerido que España es insolvente y que los inversores deberían sacar su dinero. Y se ha montado un zipizape. Señores, un poco de calma. Quizás sea un problema de autoestima.

Vamos a ver. De acuerdo, el artículo era bastante duro:

-- “España es oficialmente insolvente: saquen su dinero mientras puedan”. Firmado Jeremy Warner, director adjunto del Daily Telegraph y uno de los comentaristas económicos más reputados del Reino Unido.

Pero no deja de ser eso: una columna de opinión. Es decir, los financieros internacionales lo tomarán como tal. No deja de ser otro analista que lanza al universo su diagnóstico, más o menos atinado. Y punto.

Nada que ver, por ejemplo, con aquellos libelos en forma de noticias distribuidos por la agencia de noticias Reuters. Eso sí que pudo hacer mucho daño a España. Se escondieron en forma de noticias auténticas patrañas (engaño en el déficit, inminente rescate del país, falsas negociaciones…). Por eso hubo que tomarlo en serio y defenderse. Ya escribimos aquí sobre eso.

No. Este señor Warner se suma a ese grupito de exaltados que desde el Reino Unidos llevan tiempo jugando al alarmismo. Propusieron, por ejemplo, un plan de evacuación a los miles de británicos que viven expatriados en España y Portugal en caso de colapso financiero. ¿Qué ha sido de este proyecto? Nada: otra farsa. Váyase a freír espárragos.

Sin embargo, aquí ha calado hondo la columnita de marras. Mal asunto. Quizás debamos empezar a hablar de un problema de autoestima. Nos sentimos fatal cuando nos niegan el afecto, los otros siembran desconfianza, cuando no sentimos reconocimiento y admiración externa.

Ese miedo, esa angustia, esas carencias afectivas no nos hacen nada bien. Porque nuestro bienestar y nuestra felicidad no dependen de nada externo: ni del FMI, ni de Merkel o Bruselas, ni del The New York Times que también suele despacharse a gusto… Por más que la buena prensa ayude a la confianza.

Lo leí una vez sobre la falta de autoestima: priorizamos el “cómo nos ven” al “cómo somos realmente”; volcamos nuestros esfuerzos en que los demás nos conozcan, nos comprendan, nos acepten y nos quieran. Así es como esperamos recuperar nuestra estabilidad emocional.

 

-- “Por eso sufrimos. Al ir por la vida rotos por dentro, cada vez más vulnerables frente a nuestras circunstancias y mucho más influenciables por nuestro entorno familiar, social y profesional. Lo que piensen los demás empieza a ser más importante de lo que pensamos nosotros mismos”.

Por eso digo que si lloriqueáramos menos e insistiéramos más en salir de esta crisis a base de codos, pico y pala, nos iría mucho mejor.

Digo yo.

Más en twitter: @javierfumero

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato