¡Español! ¿Juras defender la Constitución?

“¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución, con lealtad al Rey, y, si fuera necesario, entregar vuestra vida si España os lo demandara?”.

Es el grito que se escucha estos días en plazas y acuartelamientos de diversos puntos de España donde el Ministerio de Defensa está promoviendo las juras de bandera con civiles.

Dos ejemplos recientes. Este domingo, 172 personas prestaron fidelidad a la enseña nacional en el cuartel de Mungia (Vizcaya), en una ceremonia que presidió el propio ministro Pedro Morenés.

El día anterior, sábado, les tocó el turno a 200 madrileños, en un acto celebrado en la Plaza de Oriente de Madrid y en el que participaron activamente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella.

No me parece mal.

Algún aficionado al encasillamiento superficial le faltará tiempo para proclamar que se encuentra ante el comentario del típico facha carca y contumaz, que bebe los vientos por el aguilucho, el cara al sol y el polo con la banderita rojigualda.

Y de eso nada. Es más sencillo.

Viví cinco años fuera de España, en la vecina Italia. Recuerdo lo que me impresionó comprobar el amor de los italianos por su bandera, por su país, por su identidad.

No es que Italia sea precisamente un país con muchos años de historia. No es que allí no haya problemas regionalistas: ahí está la Padania de Umberto Bossi dando guerra. Pero hay un entusiasmo indiscutido hacia la nación, que incluye a escritores, cantantes, deportistas, al arte, la moda, la gastronomía...

 

En España he percibido siempre un cierto complejo nacional, un temor claro a manifestar externamente el amor por la patria. De hecho, esta palabra, “patria”, suena mal, tiene connotaciones negativas. Suena a fascistoide.

Como ha sucedido con otros pueblos, sólo la Selección Española de Fútbol, y nuestros deportistas en general, han logrado cohesionar el país como muy pocos antes lo habían logrado.

En esa misma línea, me gusta comprobar que hay ciudadanos que no se avergüenzan de manifestar públicamente su amor por España. Un gesto compatible con el pacifismo, con el sentimiento de pertenencia a una región o con la globalización.

Vamos, digo yo.

Más en twitter: @javierfumero

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