Espionaje español a puerta cerrada

No entiendo bien este paripé. Resulta que los diputados españoles han ideado una fórmula para supervisar el trabajo de los servicios secretos de nuestro país. Se llama Comisión de Gastos Reservados. Se celebra a puerta cerrada, con el compromiso expreso de confidencialidad por parte de los asistentes.

¿Cuál es el problema? Que ni los asistentes a este foro guardan nunca la debida reserva, ni allí se revela realmente secreto alguno.

Este martes, la misma mañana en la que comparecía sin luz ni taquígrafos el máximo responsable del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán, se filtró parte de su intervención.

Entre otros asuntos, negó vinculación alguna del espionaje español con la princesa germano-danesa Corinna zu Sayn-Wittgestein, la “amiga entrañable” del rey don Juan Carlos.

El problema es que tal cosa no es verdad. Qué le vamos a hacer. Me remito a lo publicado días atrás por este confidencial, sustentado en el testimonio de profesionales del propio CNI. Las cosas como son.

Pero esta cascada de negaciones, desmentidos y retractos no es nuevo.

El propio Mariano Rajoy aseguró días atrás que el Gobierno y Corinna no habían establecido vínculo profesional alguno. Le secundó entonces el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, que negó cualquier encargo gubernamental a la princesa.

Sin embargo, tras las revelaciones de El Mundo, la versión ha cambiado. Ahora se reconoce que sí hubo dos entrevistas, en noviembre y diciembre pasado, por problemas con el gobierno saudí.

¿Quién está filtrando todo esto? ¿Quién está dejando en mal lugar al Rey y al Gobierno español?

 

Todo suena bastante extraño. ¿No les parece?

Más en twitter: @javierfumero

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