Por qué el Grupo Prisa exige que España pida ya el rescate

Sorprendió mucho encontrar este lunes en la portada del diario El País una llamada a un Editorial, ampliado en el interior, titulado: “Rescate urgente”. Primera frase del texto: “El Gobierno debe pedir el rescate sin demora”. ¿Por qué este posicionamiento?

La pregunta es pertinente cuando un periódico se declara partidario, de forma tan contundente y expresa, de algo. Más si cabe cuando el asunto es bastante opinable. Tanto, que los expertos no se ponen de acuerdo.

Este mismo miércoles, sin ir más lejos, el diario Expansión incluía las declaraciones de Klaus Regling, director general del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Algo debe de saber este señor sobre rescates y salvamentos de países cuando gestiona 500.000 millones de euros de ayudas para estados en grave dificultad financiera.

Regling ha marcado claramente su posición: España no va a necesitar un rescate. Y lo explica: “Los inversores extranjeros han vuelto”; “el país nunca ha perdido el acceso al mercado y su situación es sostenible”.

Se puede sostener lo contrario. Está claro. Es legítimo y, probablemente, hasta razonable. Pero que un diario de información general se posicione sobre un asunto de este tenor resulta extraño.

Admito que no es como si hubiera declarado en portada que el Real Madrid debe ganar la Liga, pero por ahí van los tiros.

Las tomas de posición tan netas por parte de un medio de comunicación que se dice plural y pretende dirigirse al mayor número de lectores posible se reserva para asuntos transversales: derechos humanos, temas que afectan al bien común, cuestiones sobre la estructura del Estado... o materias especialmente sensibles para la dirección de la empresa.

Y así, por esta última vía, nos topamos con el rescate a España y el claro posicionamiento de un grupo de comunicación que el pasado mes de junio se vio obligado a reestructurar su accionariado.

Los bancos acreedores del Grupo Prisa aprobaron entonces una reestructuración de su considerable deuda (les debe 3.500 millones de euros) a cambio de la entrada en su capital. Mediante la suscripción de bonos convertibles en acciones, entidades como el HSBC, La Caixa o el Banco Santander pasaron a ser accionistas de referencia de la compañía.

 

Uno se pregunta ahora, quizás con demasiada malicia, si este Editorial obedece a los intereses de algún destacado accionista, que saldría muy beneficiado si el Banco Central Europeo inyectara dinero en España y unos hombres de negro vinieran a marcar nuestra agenda.

Más en twitter: @javierfumero

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