Javier Fumero

Hablemos de sexo

Hay una opinión cada vez más extendida entre algunos ciudadanos que dice lo siguiente: dar espacio a Podemos es un error. Los periodistas no deberían informar tanto de este movimiento. Otorga audiencia, ofrece muchas visitas, pero de ese modo –explican- sólo se logra alimentar una corriente que no debe ser promocionada.

A juicio de estas personas, lo sensato sería dar un perfil bajo a los chicos de Pablo Iglesias. Lo razonable sería no dar cancha a sus propuestas, hacer oídos sordos a los pasos que están dando y obviar cualquier mención a este desafío.

Como en El Confidencial Digital también hablamos de Podemos, escribo este comentario para explicar lo que pienso del asunto.

Si el criterio para seleccionar las noticias fuese exclusivamente la audiencia, hay atajos más cortos. Por ejemplo, el sexo. Está demostrado. Las noticias sobre esta temática logran muchas entradas en poco tiempo y una gran viralidad. De hecho, algunos medios han optado de un tiempo a esta parte por esa deriva. Allá cada cual.

En ECD se informa de Podemos simple y llanamente porque es noticia. Un hecho de cierto calado y amplio respiro. Podemos no es una anécdota y no es una broma. Se trata de un fenómeno excepcional, con pocos precedentes, que está provocando un seísmo en la vida política de este país. Y no sólo.

Pablo Iglesias se ha convertido en eurodiputado, en representante de nuestro país con voz y voto en Bruselas. De Podemos también se habló en el Club Bilderberg. Los fondos de inversión de Estados Unidos y Gran Bretaña –nada sospechosos de buscar audiencia- han dedicado informes específicos a este movimiento.

Por último, hay quien sostiene que Podemos es incluso algo más que un partido político. Es el reflejo de un cambio social que se está produciendo ante nuestros ojos. El ciudadano común y corriente quiere tener más poder de decisión, participación y protagonismo.

El tiempo dirá si Pablo Iglesias y su plataforma han venido para quedarse o forman parte de un suflé que se desinflará en pocos años. Pero lo que nadie puede discutir es que ya están provocando una mutación.

Los poderes de este país empiezan a comprender que algo ha cambiado: deben refundarse, ser más transparentes y ejemplares, deben rendir cuentas ante los ciudadanos y dejar de imponer a sus representantes.

 

La nueva política se hace desde la cercanía que permite la sociedad de la información. Es preciso cuidar lo audiovisual para llegar las personas. Las movilizaciones a través de las redes sociales son factibles y se puede lograr financiación suficiente a través del ‘crowdfunding’.

Insisto: creo que este fenómeno es noticia y merece ser contado.

Más en twitter: @javierfumero

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